Director: José Antonio Nieves Conde
España, 1961, 87 minutos
Prohibido enamorarse (1961) de J.A. Nieves Conde |
Cuando Antonio Machado escribió aquello del "olmo viejo, hendido por el rayo / y en su mitad podrido, / (al que) con las lluvias de abril y el sol de mayo / algunas hojas verdes le han salido" sabía, por propia experiencia, que enamorarse en la vejez suele acarrear más incomprensión que alegrías. Sobre todo por parte de los hijos, que no asumen que sus respectivos progenitores sean aún capaces de amar cuando por edad debieran disponerse a encarar el tramo final de su existencia.
En abril de 1960, el dramaturgo Alfonso Paso estrenó una divertida comedia de enredo a propósito de estos temas. La tituló Cosas de papá y mamá y apenas un año más tarde sería objeto de su correspondiente adaptación cinematográfica, a cargo de Edgar Neville y dirigida por José Antonio Nieves Conde. De hecho, el origen escénico de Prohibido enamorarse (1961) se deja entrever enseguida a través de la escasa espontaneidad de sus diálogos un tanto artificiosos.
El planteamiento de la trama no puede ser más sencillo: doña Elena (Isabel Garcés) y don Leandro (Ángel Garasa) se trasladan a la Costa del Sol por prescripción facultativa. Les acompañan Luisa (Tere Velázquez) y Julio (Julio Núñez), hija e hijo, respectivamente, de los susodichos. Una vez allí, y tras haber trabado amistad, los efectos rejuvenecedores del amor que surge entre ambos obrarán el milagro de devolverles una vitalidad que creían perdida al cabo de sus muchos años de viudedad.
Presentados en forma de caso clínico por el pomposo doctor Juan G. Bolt (Francisco Piquer), sorprende la enorme cantidad de achaques que aquejan a unos "ancianos" de 55 años (él) y 45 (ella), de lo que se deduce cómo han variado los límites de la vejez desde entonces a ahora. En todo caso, y como no podía ser menos tratándose de un casi vodevil, los azares de estos cuatro personajes acabarán en una doble celebración matrimonial que no es otra cosa sino la demostración palmaria de hasta qué punto jóvenes y viejos sucumben a las mismas pasiones.
Buen director Nieves Conde; incluso magistral, en una película como “Los peces rojos”, realista en “Surcos” e irónicamente crítico en “El inquilino”. Pero como el resto de cineastas españoles de la época, creo que su carrera estuvo más condicionada por los gustos y las circunstancias de entonces, que por su evidente talento. Esta película no la he visto, todavía.
ResponderEliminarSaludos.
En el caso de "Prohibido enamorarse" su faceta de autor queda relegada a un segundo plano, ya que se trata de la típica película que aprovecha el tirón comercial de la obra de teatro en la que se inspira.
EliminarSaludos.
Alfonso Paso, uno de los autores teatrales más prolíficos de posguerra y con gran éxito de público en sus obras. Otra cosa es lo que resulta vistas a través del paso de los años.
ResponderEliminarJustamente, el paso de los años acentúa la dimensión sociológica de estas comedias hasta convertirlas en verdaderos documentos históricos.
EliminarQue tal Juan!
ResponderEliminarPues no la conocía. Te agradezco el entrecomillado para los "ancianos" de 55, que me caen este año...jeje
Saludos!
Hola, Fran:
EliminarEs curioso hasta qué punto el incremento de la esperanza de vida provoca que la noción de ancianidad se vaya relegando a edades cada vez más avanzadas. Vamos: que tanto tú como yo podemos estar muy tranquilos porque, según el baremo actual, se nos considera jovencísimos.
Saludos.