Director: Juan Cavestany
España, 2013, 79 minutos
Gente en sitios (2013) de Juan Cavestany |
Escenas inconexas de la vida cotidiana con un ligero toque de humor absurdo: casi una década después del estreno de Gente en sitios (2013) la película del madrileño Juan Cavestany mantiene intacta la chispa que en su momento la hizo convertirse en título de culto del cine español de los últimos años. La fórmula, consistente en reclutar a lo bueno y mejor de entre los intérpretes nacionales para rodar, a salto de mata, un proyecto alternativo, coral y sin un argumento definido, dio sus frutos en forma de premios y éxito de crítica.
Procedente del mundo teatral, Cavestany coquetea en su puesta en escena con un abanico de posibilidades que van desde el simple gag (el tipo que acaba en el interior del maletero de un coche; el padre obligado por un cámara de televisión a repetir, una y otra vez, cómo recoge a su hijo de la guardería...) hasta intrincadas e inquietantes atmósferas a lo David Lynch. No en vano, una de las secuencias ("El puente") está basada en un relato de Kafka.
Por momentos se roza, asimismo, el suspense de un cuento de terror, como en el caso de la joven pareja (Irene Escolar y Martiño Rivas) que se ve envuelta en los extraños tejemanejes de un falso agente inmobiliario (Ernesto Alterio), aunque hay también espacio para la disertación filosófica gracias a la presencia de un por entonces desconocido Juan Carlos Monedero, quien habla de esto, de lo otro y de lo de más allá desde el asiento trasero de un taxi.
¿Y qué decir de la esposa desconsolada (Nuria Gallardo) que opta por un trasplante de rostro para llamar la atención de su marido? ¿O de la pareja que acude a la consulta de un cirujano plástico interesándose por unos implantes mamarios? ¿Qué, pensar, por último, de esos tipos que han olvidado cómo se camina, cómo beber de un vaso o simplemente cómo conciliar el sueño? ¿De verdad estamos ante una comedia? ¿O se trata, más bien, de un filme tan espeluznante como la vida misma?
Una especie de relatos cortos trasladados al cine, supongo.
ResponderEliminarSe podría decir así.
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