Director: Javier Macipe
España/Argentina, 2023, 129 minutos
Un maño en la Pampa
La estrella azul (2023) de Javier Macipe |
Entre la variopinta e inacabable oferta de biopics que inunda estos días la cartelera, desde Priscilla a Ferrari, pasando por Oppenheimer o One Love, se cuela ahora una insólita propuesta, mezcla de documental y drama en torno a un malogrado artista de rock de los noventa, independientemente de que Mauricio Aznar (1964-2000) ni tuvo ni tendrá nunca el tirón comercial de Michael Jackson (ni maldita la falta que hace). En cambio, sí que fue, según la imagen que de él se ofrece en La estrella azul (2023), un ferviente admirador de Atahualpa Yupanqui, pese a que, en un principio, la música de este zaragozano tuviese poco que ver con el folclore argentino.
De hecho, buena parte de la acción transcurre por aquellas tierras, donde los guitarreros, que no guitarristas, se empapan primeramente a través del tambor de las sonoridades locales como si se tratase de un acento que se engancha al cuerpo a fuerza de práctica. Proceso que el protagonista, sobreponiéndose a varias cuentas pendientes que dejó atrás en España, experimenta a lo largo de un fructífero viaje en busca de sí mismo que le llevará a ser calurosamente acogido por el clan santiagueño de los Carabajal, quienes se interpretan a sí mismos.
Luego está la compleja relación con el hermano mayor (Marc Rodríguez), genio incomprendido que, a falta de público que comparta con él su pasión por Bach, debe conformarse con tocar "Paquito el chocolatero" en las fiestas municipales de cualquier villorrio de mala muerte. O ese padre antipático, del que sólo tenemos noticia por alusiones, que no amaba la música y, por ende, tampoco a sus hijos. E incluso la novia (Bruna Cusí), siempre recelosa de las adicciones y recaídas de un ser tan sensible como inestable.
Del juego metacinematográfico que el debutante Javier Macipe (Zaragoza, 1987) lleva a cabo en esta su ópera prima baste decir que la alusión al Quijote que Mauricio expone al inicio de la película (aquello tan bien traído de los amores platónicos del hidalgo manchego y la Ruta del Bakalao) presagia la ruptura de la cuarta pared en el tramo final de una puesta en escena que, como la inmortal obra cervantina, no es sino un cúmulo de ficciones que parecen reales.