Título original: Noces de sang
Director: Souheil Ben-Barka
Marruecos, 1977, 80 minutos
Bodas de sangre (1977) de Souheil Ben-Barka |
¡Pero, niña! Una boda, ¿qué es? Una boda es esto y nada más. ¿Son los dulces? ¿Son los ramos de flores? No. Es una cama relumbrante y un hombre y una mujer.
Federico García Lorca
Bodas de sangre (1933)
Una de las aproximaciones más "exóticas" al célebre drama lorquiano fue esta versión marroquí, a cargo del cineasta Souheil Ben-Barka, que protagonizó la actriz griega Irene Papas (1929-2022). Todo muy mediterráneo, como se ve, considerando la universalidad de un texto que, en definitiva, aborda pasiones humanas cuyo carácter atemporal las hace válidas en toda época y lugar. El caso es que Noces de sang (1977), candidata oficial de Marruecos a los Premios Óscar en la categoría de Mejor Película en Lengua Extranjera, trasladaba la acción a la aridez de un paisaje de nopales y chilabas sin que la esencia del argumento perdiese ni un ápice de su significación original.
Además, la presencia en el reparto del francés Laurent Terzieff (1935-2010), que había trabajado previamente a las órdenes de Buñuel en La via láctea (1969) y con Pasolini en Medea (1969), aportaba una nota no menos prestigiosa en una cinta a caballo entre el cine de autor y el documento etnográfico. A este respecto, destaca especialmente todo el ceremonial de los esponsales por lo que tiene de recreación de un mundo atávico donde el adobe de las casas y la algarabía de los cánticos bereberes sirven de escenario para que se consuma la tragedia entre clanes irreconciliables.
En ese mismo orden de cosas, resulta curioso constatar los paralelismos entre la Andalucía profunda descrita por García Lorca y los usos y costumbres de una pequeña comunidad norteafricana marcada por viejas rencillas familiares. De hecho, se diría que en ambos casos la fatalidad es fruto de un mismo resentimiento: el experimentado por el individuo, llámese Leonardo o Amrouch, cuando su orgullo se ve constreñido por condicionantes sociales o económicos que le impiden satisfacer plenamente su voluntad.
La adaptación de los diálogos en la versión española, bastante fiel, por cierto, al texto teatral, corrió a cargo del productor Arturo Marcos y el poeta y actor de doblaje Rafael de Penagos (1924-2010), cuya inconfundible voz se deja oír en repetidas ocasiones a lo largo de un relato que finaliza con la Novia (Djamila) enlutada de blanco mientras deambula con la mirada perdida a través de las dunas del desierto.
Sí, la historia es bastante universal.
ResponderEliminarDe ahí el éxito de Lorca en todo el mundo.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarLlevo un buen rato dándole vueltas al poster, hay uno prácticamente calcado pero no doy con la película.
Saludos!
Bueno, se trata de un diseño típicamente setentero y por eso es probable que te recuerde a muchos otros de la misma época. En cualquier caso, lo que no he logrado encontrar es el póster original en francés o árabe.
EliminarSaludos.