Título original: Don't Look Now
Director: Nicolas Roeg
Reino Unido/Italia, 1973, 110 minutos
Amenaza en la sombra (1973) de Nicolas Roeg |
Remotamente parecida a La semilla del diablo (Rosemary's Baby, 1968), la ambientación veneciana de Don't Look Now (1973) la sitúa, sin embargo, en un plano muchísimo más fantasmagórico, si cabe, que el Nueva York del filme de Polanski. Al mismo tiempo, el británico Nicolas Roeg, lejos de los efectismos propios de una gran superproducción comercial, opta por una puesta en escena más de corte intimista, tal vez en la línea de lo que su compatriota Jack Clayton había llevado a cabo en la modélica ¡Suspense! (The Innocents, 1961).
Terror psicológico, pues, perteneciente a una tradición literaria de la que el relato de Daphne Du Maurier en el que se basa la cinta es claro heredero y cuyo mérito reside más en insinuar que no en mostrar. A este respecto, el presunto don adivinatorio del arquitecto John Baxter (Donald Sutherland) se acabará convirtiendo en una especie de maldición que planea a lo largo de toda la trama, pero sin que lleguen a concretarse ni el origen ni el verdadero significado de esas supuestas visiones premonitorias que continuamente le aquejan.
A su vez, pasaría un poco lo mismo con la perturbadora pareja de hermanas que se cruza en el camino del joven matrimonio: dos señoras otoñales, una de ellas (Hilary Mason) ciega y vidente como el Tiresias de la mitología griega, cuya aparente amabilidad no se sabe muy bien si encierra alguna pérfida intención, quizá relacionada con ese macabro muestrario de retratos y recuerdos (en principio pertenecientes a familiares ya fallecidos) que las acompaña a todas partes.
La ciudad decrépita, con sus canales y ambientes brumosos, inusualmente vacíos en época invernal, se convierte asimismo en un personaje más de la historia. Como el recuerdo constante de la hija muerta, ahogada en extrañas circunstancias en el estanque familiar antes de que John y Laura (Julie Christie) se trasladasen a Italia por motivos laborales, y en cuyo chubasquero rojo parecen intuirse no pocos presagios, la mayoría sangrientos.
Una Venecia tenebrosa y aún más triste que la retratada por Visconti.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto, aunque también contiene alguna que otra nota ligeramente humorística, como el ridículo propietario del hotel.
EliminarUn abrazo.
Magnífica película en su género.
ResponderEliminarCon una historia paralela muy interesante: el músico Robert Wyatt, pareja de la ayudante de montaje, Alfreda Benge, compuso en Venecia buena parte de las canciones que integrarían su álbum "Rock Bottom" (1974).
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarLa tengo muy perdida en la memoria. El poster desde luego es de esos que te hacen volver la mirada.
Saludos y feliz semana!
Hola, Fran:
EliminarSupongo que la ciudad de los canales, con su halo romántico y decadente, se presta mejor que otros lugares a este tipo de intrigas.
Saludos.
Great blog
ResponderEliminarMerci beaucoup.
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