Título original: 苏州河
Director: Lou Ye
China/Alemania, 2000, 83 minutos
Suzhou River (2000) de Lou Ye |
La acción de Suzhou River (2000) transcurre en un Shanghái postindustrial donde la suciedad y los restos de lo que en tiempos debió ser una industria floreciente conviven con viejas historias de amantes que la cámara del misterioso narrador recrea mientras navega a través de las aguas del río que cruza dicha ciudad. Una joven desesperada que se precipita desde lo alto de un puente, la enigmática bailarina que tanto se le parece y hasta una sirena rubia se dan cita en una trama que muchos han comparado con la hitchcockiana Vértigo (1958) por lo que tiene de fantasmagoría en torno a la obsesiva búsqueda que lleva a cabo un mensajero motorizado.
Recientemente repuesta en las pantallas de medio mundo, tras un minucioso proceso de restauración, la puesta en escena del chino Lou Ye (Shanghái, 1965) destaca por la espontaneidad que transmite el hecho de filmar cámara en mano, así como por el original recurso narrativo que supone convertir a un oscuro videógrafo cuyo rostro nunca llegamos a ver, puesto que el encuadre coincide con la mirada subjetiva del mismo, en relator de una historia que tiene como protagonistas a una joven pareja de enamorados interpretada por Xun Zhou y el malogrado Hongsheng Jia (1967-2010).
A medida que avance la intriga iremos descubriendo la particular relación entre dos seres predestinados a encontrarse en el bullicio de una megalópolis tan caótica como sórdida, fiel reflejo de una sociedad donde las mafias controlan todo lo que se cuece en los bajos fondos en los que transcurren los hechos. Tal sería el caso, por ejemplo, del contrabandista que amasó su fortuna traficando con botellas de vodka Żubrówka, pero que prefiere preservar la inocencia de su hija adolescente enviándola con una tía lejana cada vez que éste se lleva a casa a algún nuevo ligue.
Sin embargo, cuando entra en contacto con la bella Moudan (Xun Zhou), el motorista Mardar (Hongsheng Jia) quedará de inmediato prendado de sus coletas, si bien el destino termina por separarlos abruptamente. Hasta que dos años más tarde, recién salido de prisión, reanuda las pesquisas para dar con ella. Momento en el que el encanto de la belleza perdida se desdobla asombrosamente en una lasciva cabaratera que responde al nombre de Meimei…
Una de esas películas que merece la pena ver pero que permanece prácticamente desconocida.
ResponderEliminarSin duda. Aunque de no haber sido porque se trata de una coproducción con Alemania, dudo mucho que la hubiesen restaurado y repuesto en cines.
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