sábado, 10 de junio de 2023

Todo ha ido bien (2021)




Título original: Tout s'est bien passé
Director: François Ozon
Francia/Bélgica, 2021, 113 minutos

Todo ha ido bien (2021) de François Ozon


Emotiva cinta en torno al siempre controvertido asunto de la eutanasia, Tout s'est bien passé (2021) nos devuelve al Ozon más intimista, capaz de abordar temáticas que toquen la fibra del espectador, tal y como ya hiciera en anteriores títulos de su prolífica filmografía como, por ejemplo, Mi refugio (2009) o El tiempo que queda (2005). En ese aspecto, la situación de un octogenario gravemente impedido tras sufrir un derrame cerebral (magníficamente interpretado por André Dussollier) propicia que el director francés lleve a cabo un delicado ejercicio de introspección que tiene su principal baza en la entrega de las dos hijas del hombre (Sophie Marceau y Géraldine Pailhas) a la hora de eludir los escollos legales que pudieran impedir el cumplimiento de la última y conmovedora voluntad paterna.

Sin embargo, la relación familiar entre unos y otros a lo largo de los años no ha sido precisamente un camino de rosas, en especial con la madre (Charlotte Rampling), escultora de renombre pero desdichada a causa del infeliz matrimonio con un individuo que jamás ocultó sus inclinaciones homosexuales. De hecho, aún pulula por el hospital un curioso personaje (Grégory Gadebois) cuyo vínculo con el anciano irá paulatinamente quedando claro conforme los familiares venzan sus reticencias iniciales para permitirle el acceso a la habitación.



El protagonismo, no obstante, recae plenamente sobre Emmanuèle (Marceau), escritora e hija "predilecta" del convaleciente pese a las muchas rencillas que la mujer arrastra de una infancia difícil junto al ahora venerable anciano y que irá sucesivamente rememorando mediante diversas secuencias retrospectivas. Ante ella se abre, por tanto, el espinoso dilema, en forma de sándwich mordido, de si ayudar a morir al que fuera un mal padre no será, al mismo tiempo, un cruel ajuste de cuentas.

Basada en la obra autobiográfica de una antigua guionista del propio Ozon, Emmanuèle Bernheim (1955-2017), la película plantea cuestiones de hondo calado ético que el cineasta resuelve con su habitual estilo entre melodramático y ligeramente frívolo. A destacar la presencia en el reparto de Éric Caravaca, en el papel de Serge Toubiana, y, sobre todo, de la legendaria Hanna Schygulla como responsable de la organización helvética que garantiza la muerte digna de quienes se acogen a sus servicios.



6 comentarios:

  1. Aunque Ozon es un especialista en mezclar registros dispares, en este caso los cambios de tono me impidieron conectar. Es un tema difícil y no se puede decir que esté mal llevado, pero no me provocó ninguna emoción.

    Un abrazo.

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    1. Tal vez porque, como suele ser habitual en él, enfoca las cosas muy a la ligera. Y eso hay temas (como en este caso la muerte asistida) con los que no acaba de funcionar del todo.

      Un abrazo.

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  2. Hola Juan!
    Vaya, pues si que es todo un dilema el que se le presenta. Es un tema mas que espinoso y que como sabrás ha sonado en las promesas electorales de algún candidato. Días atrás leía una entrevista a una enfermera que se encargaba del proceso, la pulcritud y profesionalidad de sus declaraciones me impresiono.
    Saludos y feliz semana!

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    1. Pues sí: basado, además, en la historia real de alguien que Ozon conoció muy de cerca.

      Saludos.

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  3. Un asunto nada sencillo, muy típico de Ozon.

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    1. Le gustan las historias transgresoras (aunque hoy día hemos llegado a un punto en que ya casi nadie se escandaliza por nada).

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