domingo, 11 de junio de 2023

Joven y bonita (2013)




Título original: Jeune et jolie
Director: François Ozon
Francia, 2013, 95 minutos

Joven y bonita (2013) de François Ozon


Fiel a su gusto por los temas escabrosos, François Ozon le daba otra vuelta de tuerca a la figura de la Lolita osando llegar mucho más lejos de lo que Nabokov y Kubrick jamás tuvieron en mente. Porque los tiempos han cambiado y ahora internet y los dispositivos móviles empoderan a la protagonista de Jeune et jolie (2013) hasta el extremo de vender su cuerpo al mejor postor pese a no haber alcanzado aún la mayoría de edad. Pero, además, sin manifestar tapujos ni una morbosidad transgresora al estilo de Belle de jour (1967), sino más bien instalada en la gélida amoralidad de una juventud materialista y apática.

Ni que decir tiene que esta doble vida, como si de una Melibea moderna se tratase, transcurre ante las mismas narices de unos padres que viven ajenos a los tejemanejes de su en apariencia ingenua hija adolescente. Aunque Isabelle (Marine Vacth) hace ya tiempo que dejó de jugar con muñecas y frente a su selecta clientela de hombres maduros se presenta como la sensual Léa.



Aparte de los referentes arriba expuestos, el guion, escrito por el propio Ozon, bebe de fuentes más o menos reconocibles, como pudieran ser Hardcore (1979) de Paul Schrader. Sin embargo, lo que le mueve no es tanto homenajear los lugares comunes a propósito de un asunto que no es nuevo, sino denunciar la hipocresía de la moral burguesa en torno a la vacuidad de los valores que inculcan a sus hijos. Hasta el extremo de insinuar que los coqueteos de Isabelle con la prostitución de lujo son el reflejo de la misma falsedad que se respira en casa, donde la madre (Géraldine Pailhas) podría estar manteniendo un affaire extramarital con un amigo de la familia y el padrastro (Frédéric Pierrot) deja entrever una cierta atracción física hacia su alnada.

Lo malo es que cuando Isabelle, descubierta tras el fallecimiento repentino de uno de sus clientes, decida relacionarse con muchachos de su edad, se va a dar cuenta de que está insensibilizada, tanto o más que un año antes, cuando perdió la virginidad con un chico alemán al que conoció durante las vacaciones de verano. Pequeña gran tragedia de una generación precoz que, habiendo consumido pornografía desde edades cada vez más tempranas, se verán abocados a una irremisible insatisfacción permanente.



8 comentarios:

  1. Ozon abunda en algunos de los temas y situaciones que se han vuelto constantes en su cine y deja que sea el espectador quien saque consecuencias o halle motivos, si es que los hubiere o, en todo caso, que nos quedemos como la madre de Isabelle preguntándonos ¿por qué?, sin saber dar una respuesta consecuente.

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    1. Yo, en cambio, considero que Ozon es más tendencioso de lo que a primera vista pudiera parecer. Sobre todo en la manera que tiene de mostrar el desapego de la protagonista respecto a su entorno más inmediato.

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  2. Lo mejor es, como bien señalas, la denuncia de una sociedad abúlica.

    Un abrazo.

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    1. La misma sociedad que, una vez descubierta la doble vida de la joven, condena sin miramientos su conducta.

      Un abrazo.

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  3. Me mataste (me dejaste pasmado) con todo el cine que estuviste reseñando.
    Cómo voy a hacer para ponerme al corriente de todo esto? Necesito la jubilación anticipada

    Abrazos, amigo Juan!

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    1. Tal vez no necesites ponerte al corriente, Frodo: quizá basta con el interés que esas películas te suscitan.

      Hasta pronto.

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  4. Hola Juan!
    Este fenómeno lleva tiempo expandiéndose. Hace poco en una cena/reunión de viejos amigos salió a debate el asunto de la pornografía en nuestra época mas joven y de las diferencias con el tiempo que vivimos, curiosamente estuvimos largo rato debatiendo sobre este asunto que aborda la película, allí había padres y madres dando su opinión, al final zanjamos la conversación pues los ánimos se caldeaban. Es un tema complejo y muy espinoso. Tomo buena nota de la pelicula.
    Saludos!

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    1. Puede que el tema sea espinoso, pero eso a François Ozon le importa relativamente poco (por no decir nada). A mi juicio, lo que el director francés pretende con esta película (de hecho, con la mayor parte de su extensa filmografía) no es tanto remover conciencias sino incomodar a los puritanos.

      Saludos.

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