Título original: The Story of Robin Hood and his Merrie Men
Director: Ken Annakin
Reino Unido/EE.UU., 1952, 84 minutos
Los arqueros del rey (1952) |
Dos años después de haber dado el salto al cine con actores de carne y hueso gracias a una adaptación de La isla del tesoro (1950), la todopoderosa Disney volvía a la carga apostando ahora por la enésima puesta al día del príncipe de los ladrones. A este respecto, The Story of Robin Hood and his Merrie Men (1952) destaca por sus excelentes decorados así como por una primorosa fotografía en Technicolor. Puede presumir además, dato curioso, de ser de las pocas películas de la saga cuyos exteriores se rodaron realmente en el auténtico bosque de Sherwood.
En cuanto al guion, obra de Lawrence Edward Watkin, éste se centra en lo que, de acuerdo con la terminología propia de los poemas épicos, podría denominarse como las "mocedades" del héroe. Así pues, el argumento arranca con un casi adolescente Robin (Richard Todd) ejercitando su puntería en las inmediaciones de Huntingdon. Y aunque lleva una existencia de lo más apacible, en la que comienzan los primeros flirteos con Marian (Joan Rice), la repentina muerte de su padre, asesinado por la espalda cuando ambos regresaban de participar en un concurso de tiro, le llevará a convertirse en un proscrito, líder de una banda de forajidos sedientos de venganza contra los desmanes del príncipe Juan.
"Take off your hood!" |
Aunque lo cierto es que el regente, hombre de modales exquisitos (interpretado por Hubert Gregg), delega buena parte del trabajo sucio en el perverso condestable de Nottingham (Peter Finch), al que los Merrie Men no dudarán en dar su merecido.
Aparte de los habituales lugares comunes en torno al legendario arquero que no pueden faltar en cada entrega de la franquicia, desde la marcha a las cruzadas de Ricardo Corazón de León hasta el amistoso duelo a bastonazos entre el protagonista y Little John (James Robertson Justice), esta nueva revisión contenía diversas baladas a cargo de un juglar que ameniza la trama con su estilo vagamente country, sin duda otro ejemplo más de cómo este tipo de producciones, pretendidamente históricas, se valían, sin embargo, del lenguaje del wéstern para llegar al gran público.
El fraile Tuck (James Hayter) sorprendido por Robin |
Lo del bosque de Sherwood es todo un puntazo.
ResponderEliminarNunca mejor dicho, hablando de arqueros.
EliminarHola Juan, creo que no he visto ninguna de todas estas películas de Robin Hood de la época en que hasta ahora nos has reseñado.
ResponderEliminarSeguramente si continúas con tu cruzada, en los próximos episodios ya aparecerán las que sí he visto.
Un abrazo, amigo.
Hola, Frodo:
EliminarEn realidad, todas explican la misma historia con pocas variantes. Aunque no deja de ser llamativa la insistencia de la industria cinematográfica en abordar este personaje.
Un fuerte abrazo, compañero.
Hola Juan!
ResponderEliminarJuraría que esta la vi en el colegio (era el Salesianos de Vigo y tenia un cine maravilloso), la memoria ya me juega malas pasadas. Es increíble la calidad de esas fotos. Gracias por el enlace.
Saludos!
Es posible que así fuera, Fran, ya que estas películas solían tener la mira puesta en el entretenimiento familiar, lo cual las hacía idóneas para su pase en centros escolares.
EliminarVenga, un saludo.