Directora: Alauda Ruiz de Azúa
España, 2022, 104 minutos
Cinco lobitos (2022) de A. Ruiz de Azúa |
Todas esas vidas que no vives son siempre perfectas, son ideales. Pero en algún momento hay que vivir la vida que te ha tocado, hija...
Debut en el largometraje de Alauda Ruiz de Azúa Arteche (Baracaldo, 1978), Cinco lobitos (2022) constituye una de esas óperas primas de innegable regusto autobiográfico en la que la directora, responsable también del guion, vuelca además buena parte de sus experiencias como madre primeriza. En ese aspecto, las inseguridades de Amaia, la protagonista, interpretada por la catalana Laia Costa, no difieren gran cosa de las de cualquier otra mujer que haya debido afrontar la misma situación antes que ella.
De hecho, cuando, desbordada por las circunstancias, decida irse de Madrid para regresar a casa de sus padres, en el País Vasco, se dará cuenta de lo mucho que la une a Begoña (Susi Sánchez), alguien a quien, hasta ese momento, tenía por una maniática y metomentodo, pero con bastante más trote a sus espaldas del que nunca habría podido imaginarse.
Lo cierto es que Amaia y Javi (Mikel Bustamante), pese a ser una pareja joven, moderna y sobradamente preparada (ella como traductora; él como diseñador de iluminación en una compañía teatral) van camino de repetir el mismo patrón que Begoña y Koldo (Ramón Barea): el de tantas parejas que, víctimas de la rutina, acaban convirtiendo la convivencia en un continuo intercambio de reproches. Quizá por ello Laia plantea la posibilidad de una "separación", más de facto que real, mientras Javi se ausenta a causa de sus obligaciones laborales y ella debe hacer frente ahora a un imprevisto no menos complejo de gestionar que la maternidad: los achaques de salud de su madre.
El mérito de este singular retrato de familia reside en la humanidad que desprenden todos y cada uno de los personajes, cuatro seres (cinco si contamos a la pequeña Ione) con sus luces y sombras, a veces cordiales, a veces caprichosos en sus reacciones, pero siempre dotados de un toque muy natural. Como en la vida misma, eso que se esfuma, decía John Lennon, mientras hacemos otros planes. Hasta el extremo, según afirma Begoña en un momento clave de la película, viendo una antigua filmación doméstica, de que "a veces uno es feliz y no lo sabe".
Esta la tengo ahí en lista de espera.
ResponderEliminarPues es muy buena: no la dejes para más tarde.
EliminarEsperaba que me gustase más, aunque, por otro lado, debo suscribir todo cuanto apuntas en su favor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Supongo que el hecho de que fuese una de las cintas preseleccionadas de cara a los Oscar ha generado unas expectativas que, a la hora de verdad, pueden resultar un inconveniente para una producción modesta.
EliminarUn abrazo.
Hola Juan!
ResponderEliminarMe ha gustado esa referencia a Lennon y la reflexión final. La tengo pendiente.
Saludos!
Hola, Fran:
EliminarPues he de decirte que a mí es una historia que me llegó bastante. Me parece una gran película, sencilla pero efectiva.
Saludos.