Título original: Take the Money and Run
Director: Woody Allen
EE.UU., 1969, 85 minutos
Toma el dinero y corre (1969) de Woody Allen |
Concebida como falso documental a propósito de un delincuente cuya trayectoria guarda no pocos paralelismos con la del propio Woody Allen, Take the Money and Run (1969) representó el verdadero debut del humorista en la dirección tras el inclasificable experimento (véase la entrada anterior) de What's Up, Tiger Lily? (1966). En todo caso, lo cierto es que su extraordinaria vis cómica proporciona momentos tan desternillantes como el de la pistola de jabón bajo la lluvia o el testimonio enmascarado de unos padres que se avergüenzan de haberlo traído al mundo.
Su alter ego en la pantalla, el inefable Virgil Starkwell, es un tipo debilucho y algo neurótico, acostumbrado desde pequeño a que le pisoteen sus aparatosas gafas de pasta, que, sin embargo, y a pesar de lo patoso que resulta en cuantas empresas acomete (por ejemplo, la antológica secuencia del atraco), hallará también el amor cuando se cruce en su camino la cándida Louise (Janet Margolin).
Aunque, más allá de su vertiente burlesca, la verdadera importancia del filme reside en el carácter fundacional de una prolífica franquicia cuyas señas de identidad más destacables serían la figura del antihéroe y una mirada irónica sobre la existencia en términos generales. También las réplicas ingeniosas de muchos diálogos, a base de humor absurdo y referencias culturales, constituirán el sello distintivo de un estilo entre sarcástico e intelectual que caracteriza buena parte de su extensa filmografía.
Por otra parte, al asumir las funciones de guionista, director y actor principal, Allen demostraba desde el principio su voluntad de ejercer un control absoluto sobre sus proyectos, lo cual le permitiría desarrollar, en lo sucesivo, una voz cinematográfica única y coherente que se ha prolongado hasta nuestros días dejando para la posteridad un buen puñado de obras maestras.
Uno de los títulos más divertidos de Allen, que también ejemplifica cierta inseguridad en cuanto al estilo (ha sido una constante hasta bien entrada su carrera), lo cual le lleva a copiar (y parodiar) otros géneros; en este caso, el falso documental o el drama carcelario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Digamos que, como aún carecía de las ínfulas de autor que le entrarían años más tarde, se conformaba con tomar influencias de aquí y de allá.
EliminarUn abrazo.
Visto ahora, el primer largometraje de Woody Allen es una especie de borrador en el que van esbozándose de manera más o menos inconexa algunas de las constantes y obsesiones que conformarían su obra posterior. En cualquier caso, se trata de un film muy irregular, sin apenas estructura narrativa y sobrecargado de gags, algunos en verdad excelentes (los visuales, con influencias de Tashlin y Lewis, y la brillantez de los verbales, de clara inspiración grouchista).
ResponderEliminarUn saludo.
Filme imperfecto, sí. Pero con una frescura que se echa de menos en posteriores producciones del director neoyorquino.
EliminarSaludos.
La vi hace tanto que ya ni la recuerdo bien. Ahora ue he leído tu reseña algunas escenas han venido a mi mente.
ResponderEliminarDebería repasarla.
Abrazos, Juan
Lo pasarás bien: es muy divertida.
EliminarSaludos.