lunes, 31 de octubre de 2022

Generación (1955)




Título original: Pokolenie
Director: Andrzej Wajda
Polonia, 1955, 87 minutos

Generación (1955) de Andrzej Wajda


Arranca Pokolenie (1955) con una magistral panorámica de casi 360º que termina convirtiéndose en un largo plano secuencia a través de un mísero barrio de chabolas a las afueras de Varsovia. Sin embargo, la banda sonora de Andrzej Markowski transmite mientras tanto la idea de que, a pesar de las penurias que puedan estar soportando, los habitantes de aquel poblado son pobres pero honrados. Luego la voz en off del protagonista acabará de poner al espectador en situación, dando a entender que todo lo que sigue no es sino un largo flashback a propósito de lo que fue su juventud y toma de conciencia política.

Primer largometraje en la filmografía de Wajda, la película que nos ocupa iniciaba también su Trilogía de la Guerra, completada en años sucesivos por La patrulla de la muerte (Kanal, 1957) y Cenizas y diamantes (Popiól i diament, 1958). Títulos, todos ellos, caracterizados por un realismo no exento de la distancia necesaria para juzgar los terribles acontecimientos que en ellos se exponen. En ese sentido, la historia del joven Stach (Tadeusz Lomnicki), pese a reflejar el heroísmo del pueblo polaco en su lucha contra el invasor nazi, contiene, asimismo, elementos que lo alejan del típico tono propagandístico auspiciado por el régimen comunista.



Por otra parte, la presencia de Polanski entre el grupo de amigos del protagonista aporta una nota curiosa en un filme donde lo ideológico se mezcla con las ilusiones propias de la edad. De ahí que los personajes, ladronzuelos de carbón o aprendices en algún taller de mala muerte, acaben involucrándose en la lucha armada como si de un juego se tratase. Candidez que, en lo referente a Stach, se hace todavía más evidente por el hecho de que su activismo nace de la atracción que siente hacia la bella líder estudiantil Dorota (Urszula Modrzynska).

De todo lo cual se puede concluir que es esa vertiente humana la que aporta autenticidad al relato. Especialmente si se tiene en cuenta que el sacrificio de la generación a la que alude el título no ha sido en vano, como lo atestigua el relevo implícito en el plano final, con todos esos nuevos adeptos para la causa que la cámara muestra en contrapicado con la intención de realzar el sentimiento de esperanza en un futuro mejor.



domingo, 30 de octubre de 2022

Tres relatos (1953)




Título original: Trzy opowieści
Directores: Czeslaw Petelski, Konrad Nalecki y Ewa Poleska
Polonia, 1953, 100 minutos

Tres relatos (1953) de VV.AA.


El debut de Polanski como actor se produjo gracias a esta cinta de propaganda en tres actos dirigida por y para la juventud de un país que anhelaba su reconstrucción después de haber sido literalmente arrasado durante los aciagos años de la Segunda Guerra Mundial. Al trío de debutantes que se puso tras las cámaras (Petelski, Nalecki y Poleska, todos ellos alumnos de la Escuela de Cine de Łódź) estaba previsto que se uniese también Andrzej Wajda, aunque ese cuarto episodio no llegaría a rodarse jamás.

La primera de las historias que componen Trzy opowieści (1953) es, al mismo tiempo, la más panfletaria, con sus brigadas de jóvenes trabajadores dispuestos a sacrificarse en pro de los planes quinquenales de la revolución socialista. Sin embargo, y por más que la mayoría de ellos tenga colgado en su habitación el retrato de Lenin, hay un infiltrado que sabotea la red de tuberías echando a perder numerosos sacos de cemento almacenados. Aun así, el culpable será de inmediato identificado por uno de los capataces, quien arriesgará su vida con tal de detenerlo.



Un díscolo recluta llamado Jacek (Lech Pietrasz) es el protagonista del segundo relato, si bien el espíritu de camaradería que se respira en el cuartel será determinante para encarrilar al muchacho por la senda de la ortodoxia estalinista. Es en esta parte de la película en la que un jovencísimo Polanski, de apenas veinte años, interpreta un breve papel.

Por último, Ewa Poleska (más tarde Petelska, tras contraer matrimonio con Czeslaw Petelski, director del primero de los relatos que integran este mismo filme) se encarga de una puesta en escena de ambientación rural en la que un simple caballo siembra la discordia entre los vecinos. Y es que Adam (Ferdynand Matysik) regresa del servicio militar con un rocín que le regala a su padrino Wierzbicka (Wanda Szczepanska), quien, hasta la fecha, se había negado reiteradamente a formar parte de la cooperativa agrícola local.



sábado, 29 de octubre de 2022

Polanski Meets Macbeth (1972)




Título en español: Polanski se encuentra con Macbeth
Director: Frank Simon
Reino Unido, 1972, 48 minutos

Polanski Meets Macbeth (1972) de Frank Simon


Por asombroso que parezca, una producción a priori tan sesuda como Macbeth (1971) fue auspiciada por la revista Playboy. Tal vez ello explicaría que la recepción de la película no resultase excesivamente entusiasta por parte de público y crítica, si bien su director, un Polanski que volvía a colocarse tras las cámaras después del traumático asesinato de su esposa Sharon Tate, puso todo su empeño en que el proyecto saliese adelante.

Como documento histórico (hoy lo llamaríamos Making-of o Behind-the-scenes) el documental Polanski Meets Macbeth (1972) ofrece la posibilidad de descubrir los pormenores de un rodaje que no debió de ser precisamente cómodo (las escenas del bosque andante, por ejemplo, rodadas en la gélida campiña de Northumberland, así parecen atestiguarlo).



La parsimonia con la que derraman litros de sangre artificial sobre el cuerpo de alguna criatura o el empecinamiento con el que sierran el peto de Jon Finch para que la contundencia de los hachazos que recibe parezca mayor aportan un tono ligeramente cómico en el contexto de lo que iba a ser una oscura tragedia medieval.

En todo caso, lo más llamativo, aparte de conocer las habilidades como esquiador del cineasta polaco, de visita en su residencia suiza de Gstaad durante unos días de pausa, son detalles como la conversación que mantiene con el guionista Kenneth Tynan (1927–1980) a propósito del parecido físico de uno de los personajes con Charles Manson. Por no hablar de la tremenda bronca que le cae a un extra cuando Polanski advierte que lleva zapatos modernos bajo el atuendo de su armadura.



viernes, 28 de octubre de 2022

Weekend of a Champion (1972)




Título en español: El fin de semana de un campeón
Directores: Frank Simon y Roman Polanski
Reino Unido, 1972, 80 minutos

Weekend of a Champion (1972)


En un momento dado de Weekend of a Champion (1972) Jackie Stewart se afeita frente al espejo y, tras hacerse un pequeño corte, llama entusiasmado a Polanski: "¡Roman! ¡Roman! ¡Ésta va a ser una gran película! ¡A ti te encanta la sangre en tus películas!" La anécdota, amable e intrascendente, aporta la clave de los derroteros por los que discurre un documental hoy bastante olvidado, pero que en su día unió a dos celebridades con motivo del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1.

El retrato que del automovilista escocés, tres veces campeón del mundo, ofrece la cinta destaca por la sencillez de su carácter, al tiempo que, convertido en ídolo de masas, se deja querer por un público que lo agasaja con continuas muestras de admiración. Sin embargo, Stewart se muestra sereno ante las preguntas de un Roman Polanski que no duda en curiosear a propósito de detalles más íntimos, como, por ejemplo, si el piloto mantiene relaciones sexuales con su esposa antes de una carrera importante.



Aunque lo más destacable de sus confesiones, por supuesto, gira en torno a los entresijos de una actividad de riesgo a menudo condicionada por factores tan imprevisibles como la lluvia o lo resentido que queda su cuello a consecuencia de lo dificultoso que resulta maniobrar a través del entramado de callejuelas del circuito urbano monegasco.

Sea como fuere, el boato de las cenas de gala, entre cuyos asistentes, aparte del Príncipe Raniero y Grace Kelly, destaca la presencia de personalidades del mundo de la farándula como Joan Collins o Ringo Starr, se acaba imponiendo en justa recompensa por una nueva victoria: la corona de laurel bien vale unas cuantas ampollas en las manos.



domingo, 23 de octubre de 2022

Las más famosas estafas del mundo (1964)




Título original: Les plus belles escroqueries du monde
Directores: Hiromichi Horikawa, Roman Polanski, Ugo Gregoretti, Claude Chabrol y Jean-Luc Godard
Francia/Italia/Japón/Holanda, 1964, 124 minutos

Las más famosas estafas del mundo (1964)


Es posible que el reclamo de la nómina de directores participantes en este filme de episodios no se corresponda con la calidad de la mayor parte de historias narradas. En todo caso, Les plus belles escroqueries du monde (1964) giraba en torno a una temática que bien pudiera justificar la sensación de hallarse ante uno más de dichos fraudes, en esta ocasión cinematográfico. Las diferentes partes que integran la película fueron las siguientes:

Los cinco benefactores de Fumiko (Les cinq bienfaiteurs de Fumiko)

El japonés Hiromichi Horikawa (1916–2012), quien anteriormente había ejercido como ayudante de dirección de Kurosawa, sitúa la acción de su episodio en Tokio. La geisha protagonista vive obsesionada con poseer un valioso collar de perlas y cuando un viejo compositor con pinta de ser muy rico (su dentadura de platino así parece indicarlo) entra en la órbita de la muchacha, ésta creerá haber dado con la clave para obtener los fondos necesarios...

El collar de diamantes (La rivière des diamants)

Curiosamente, el segmento dirigido por Polanski quedó fuera del montaje final a petición del propio cineasta, ya que, al parecer, éste no habría quedado muy satisfecho del resultado. Sea como fuere, el argumento, coescrito junto a Gérard Brach y acompañado por la música de Komeda, plantea los ardides de una turista francesa (Nicole Karen), de vacaciones en Ámsterdam, a la hora de sacar partido de su opulento amante y así hacerse con la preciada joya que da título al episodio.



La hoja de ruta (La feuille du route)

Ugo Gregoretti (1930–2019) nos lleva hasta el casco antiguo de Nápoles para contar las tribulaciones de una prostituta (Gabriella Giorgelli) dispuesta a casarse con un anciano del hospicio con tal de evitar que la policía la expulse de la ciudad.

El hombre que vendió la Torre Eiffel (L'homme qui vendit la Tour Eiffel)

El episodio de Chabrol es, quizá, el más divertido de cuantos integran este filme. Un coleccionista alemán tan rico como corto de miras se deja liar por el despiadado Alain des Arcys (Jean-Pierre Cassel) y su equipo de colaboradores (por allí pulula también una jovencísima Catherine Deneuve), quienes orquestan el más estrambótico de los timos que jamás se haya visto al venderle la mismísima Torre Eiffel. La que se arma cuando el crédulo señor Humlaupt (Francis Blanche) pretende acceder, sin pagar entrada, a lo que él considera su propiedad es de padre y muy señor mío...

El gran timador o El falsificador caritativo (Le grand escroc ou Le faux monnayeur charitable)

Por último, la aportación de Godard, rodada en Marrakech, añade una nota nostálgica de la mano de Jean Seberg, la musa que protagonizara, junto a Belmondo, el debut cinematográfico del hoy ya desaparecido cineasta suizo. Equipada con su cámara de súper-8, la reportera norteamericana Patricia Leacock (Seberg) se adentra por las callejuelas de la ciudad hasta dar con un tipo de lo más peculiar (Charles Denner), mitad filósofo, mitad falsificador.



sábado, 22 de octubre de 2022

Mamíferos (1962)




Título original: Ssaki
Director: Roman Polański
Polonia, 1962, 11 minutos

Mamíferos (1962) de Polanski


Dos tipos, a cuál más estrafalario, avanzan a través de un paisaje nevado. Uno va tirando del trineo mientras que el otro despluma afanosamente una gallina. La música incidental, compuesta por Krzysztof Komeda, consiste en una alegre melodía interpretada por lo que pudiera ser un laúd o una cítara. A partir de ahí se irán sucediendo mil y una incidencias, tan absurdas como la propia situación arriba expuesta...

Escrito en colaboración con el también cineasta Andrzej Kondratiuk (1936–2016), el corto Ssaki (1962) prefigura algunos de los rasgos estilísticos que Polanski desarrollará en su posterior Cul-de-sac (1966). Y no tanto por el argumento, que no lo hay, sino por esa apariencia estrambótica de sus protagonistas, enfrascados en una continua lucha con el entorno y con ellos mismos.



viernes, 21 de octubre de 2022

El gordo y el flaco (1961)




Título original: Le gros et le maigre
Director: Roman Polanski
Francia, 1961, 15 minutos

El gordo y el flaco (1961) de Polanski


Un tipo canijo y esmirriado se desvela por servir y entretener a otro, bastante más rollizo, que pasa sus días indolentemente postrado en una mecedora. No obstante, tanto las ropas de ambos como la ruinosa mansión que habitan dan a entender una miseria que contrasta con la sumisión del siervo hacia su apático opresor. En más de una ocasión, atraído por la promesa de libertad que representa el panorama urbano parisino, con la silueta de la Torre Eiffel al fondo, el bufón intentará sin éxito huir de las cadenas del tirano. Aunque llega un punto en el que, cansado de ver cómo sus tentativas acaban frustrándose una y otra vez, el flaco opta por sembrar tulipanes alrededor del déspota que aporten una nota de alegría a la grisura del contexto.

El esbirro (Polanski) danzando al son que le marca su amo


Lejos de tratarse de un filme surrealista, Le gros et le maigre (1961) constituye una alegoría personal y hasta política de una claridad meridiana. Así pues, y teniendo en cuenta la condición de Polanski de ciudadano de un régimen socialista, cabría suponer que el cortometraje que nos ocupa no fue sino la plasmación en imágenes de su anhelo por abandonar la Polonia comunista. A la luz de esta lectura, parece fácil interpretar el sentido de unas imágenes cuya comicidad un tanto chaplinesca encierra, sin embargo, un alegato en favor de la libertad del individuo.



martes, 18 de octubre de 2022

Girasoles silvestres (2022)




Director: Jaime Rosales
España/Francia, 2022, 107 minutos

Girasoles silvestres (2022) de Jaime Rosales


La siempre incisiva mirada de Jaime Rosales ha centrado su última película, Girasoles silvestres (2022), en las vicisitudes de una joven madre que vive en el extrarradio de Barcelona. Y que, como tantas otras mujeres de su generación, se ve abocada a luchar cada día en muy diversos frentes, que van desde la precariedad laboral hasta la violencia machista. Sin embargo, lo que define como personaje a Julia (Anna Castillo) no es tanto su contexto social, sino los altibajos de una vida afectiva por la que irán desfilando tres hombres absolutamente distintos.

Por una parte está Óscar (Oriol Pla), el típico garrulo arrogante, a la par que posesivo. Un individuo que, pese a sus iniciales muestras de afecto con Julia y sus dos hijos (a quienes obliga a llamarle "papá"), terminará levantándoles la mano. En cambio, Marcos (Quim Àvila) responde a un perfil mucho más tranquilo: militar destinado en Melilla, es el padre biológico de los niños y, aunque inicialmente acoge a su antigua familia, las constantes desavenencias entre Julia y él harán inviable que la reconciliación perdure en el tiempo.



El tercer y último es Álex (Lluís Marquès), amigo de infancia de la protagonista y tal vez, dada su condición de persona de orden, el más equilibrado de todos. Pero eso no significa, ni mucho menos, que su relación con Julia vaya a ser un camino de rosas y los reproches, como con sus anteriores parejas, terminarán siendo algo tristemente habitual.

La puesta en escena ideada por Rosales denota un sabio uso de la elipsis, prescindiendo de cuantos acontecimientos se consideran secundarios para el avance de la acción. Así pues, el espectador se encuentra más de una vez (desaparición de la niña, embarazo de Julia...) ante la sorpresa de que determinadas situaciones se resuelven fuera de campo, sin que se haya estimado oportuno explicitar cómo ni por qué. En todo caso, la impresión de conjunto es que el director se mantiene fiel a su estilo, si bien optando por un lenguaje algo más convencional que en trabajos anteriores.



lunes, 17 de octubre de 2022

Ángeles caídos (1959)




Título original: Gdy spadają anioły
Director: Roman Polański
Polonia, 1959, 21 minutos

Ángeles caídos (1959) de Roman Polanski


Una ancianita de rostro enjuto tiene a su cargo la limpieza y vigilancia de unos sórdidos urinarios públicos. Absorta en sus propias cavilaciones, la mujer rememora diversas escenas de un pasado menos prosaico que el presente que la rodea...

De nuevo prescindiendo de diálogos, el joven Polanski obtenía con Gdy spadają anioły (1959) su diplomatura en la Escuela de cine de Łódź. Así pues, y frente al blanco y negro de la vida cotidiana, el cineasta experimenta con el color por primera vez en su carrera filmando en vivas tonalidades los recuerdos de juventud de la protagonista. A destacar la presencia en el reparto de la bella actriz Barbara Lass (1940–1995), con quien el director contraería matrimonio a finales de aquel mismo año.



domingo, 16 de octubre de 2022

La lámpara (1959)




Título original: Lampa
Director: Roman Polański
Polonia, 1959, 8 minutos

La lámpara (1959) de Roman Polanski


Un viejo taller artesanal repleto de muñecas. En su interior un anciano se afana en reparar los miembros desencajados de la multitud de cuerpos que colman los anaqueles. Se diría que todos juntos componen un singular cementerio si no fuese porque, cuando llega la hora de bajar la persiana, los habitantes de tan tétrico espacio cuchichean entre ellos aprovechando la ausencia del propietario...

Parece ser que Polanski no quedó muy satisfecho de cómo le quedó Lampa (1959), uno de los cortos que filmó durante su último año en la Escuela de cine de Łódź, y de ahí que el cineasta polaco haya generalmente renegado de su autoría. En cualquier caso, no puede negársele el haber creado una atmósfera de lo más inquietante, como de infierno de los juguetes en cuyas llamas arden las ánimas de un mundo de cartón piedra.



sábado, 15 de octubre de 2022

Dos hombres y un armario (1958)




Título original: Dwaj ludzie z szafą
Director: Roman Polański
Polonia, 1958, 15 minutos

Dos hombres y un armario (1958)


Dos individuos emergen de las aguas del mar acarreando un pesado armario con espejo. De hecho, lo llevarán a cuestas por toda la ciudad hasta que, después de un sinnúmero de contratiempos que les impiden encajar en el seno del mundo civilizado, se adentren de nuevo entre las olas encrespadas de una playa solitaria...

Absurdo y cómico a partes iguales, Dwaj ludzie z szafą (1958) plantea, sin embargo, cuestiones de muy hondo calado. ¿Cómo interpretar tan sutil argumento? ¿Se trata simplemente de un gag humorístico ligeramente surrealista? ¿O, por el contrario, las imágenes de esta singular práctica académica (que el joven Polanski rodó cuando todavía era alumno de la Escuela de cine de Łódź) encierran algún tipo de parábola a propósito del sentido de la vida?



Sea como fuere, lo cierto es que hay algo en la aparente comicidad de la situación, reforzada por la magnífica banda sonora jazzística de un debutante Krzysztof Komeda, que, aunque tímidamente, deja intuir la trascendencia de lo que supuso para las sociedades del bloque socialista el relativo deshielo que se vivió tras la muerte de Stalin.

Y no contento con escribir y dirigir esta pequeña joya muda (rasgo distintivo, por otra parte, de muchos de los cortos del cineasta), Polanski se reservó, además, un breve papel como matón de barrio, en lo que supone una premonición de su célebre cameo, años después, en Chinatown (1974).



viernes, 14 de octubre de 2022

Asesinato (1957)




Título original: Morderstwo
Director: Roman Polański
Polonia, 1957, 2 minutos

Asesinato (1957) de Roman Polanski


Un individuo accede al interior de una habitación en la que otro sujeto reposa estirado sobre una cama, profundamente dormido, por completo ajeno a la tragedia que está a punto de producirse. De pie ante el cuerpo, el extraño saca una navaja del bolsillo de su gabán y la clava en el corazón de la víctima...



No llega ni al minuto y medio de duración, pero en Morderstwo (1957) se hallan ya condensadas buena parte de las constantes que van a caracterizar la posterior filmografía de Polanski, como, por ejemplo, la oscuridad del ambiente o el espacio claustrofóbico en el que se desarrolla la acción. Por no mencionar la genialidad de que, en el primer y en el último plano, la manija de la puerta forme una cruz con el cerradero, augurando así la muerte violenta de uno de los personajes.


Interrumpiendo la fiesta (1957)




Título original: Rozbijemy zabawe...
Director: Roman Polański
Polonia, 1957, 8 minutos

Interrumpiendo la fiesta (1957) de Roman Polanski


Un grupo de jóvenes ultima los preparativos para celebrar un guateque en un jardín. Es verano y la velada se presenta llena de risas y promesas. Sin embargo, una panda de gamberros, a los que previamente se les había denegado el acceso al recinto, irrumpe en el baile liándose a palos con los invitados y echando a perder la fiesta...

Todo parece indicar que la inspiración para Rozbijemy zabawe... (1957) le vino a Polanski a raíz de unos hechos, promovidos por él mismo, que a punto estuvieron de costarle su expulsión de la Escuela de cine de Lodz. En cualquier caso, y pese al carácter aparentemente cómico de la situación, lo verdaderamente llamativo de estos primeros balbuceos cinematográficos por parte del futuro director de tantísimos títulos memorables es precisamente la práctica ausencia de diálogos, otorgando el protagonismo exclusivo a la acción y a la música.



miércoles, 12 de octubre de 2022

Una sonrisa (1957)




Título original: Uśmiech zębiczny
Director: Roman Polański
Polonia, 1957, 2 minutos

Una sonrisa (1957) de Roman Polański


Un individuo baja despreocupadamente por las escaleras de un bloque de viviendas y, en mitad del rellano, repara en la sensual escena que se ve a través de una ventana entreabierta...

El cineasta en ciernes daba sus primeros pasos tras la cámara gracias a Uśmiech zębiczny (1957), un cortometraje mudo de apenas dos minutos escasos. Eran los tiempos de la Escuela de Łódź, años de aprendizaje bajo el férreo control de las autoridades comunistas, y el joven Polański parece ser que se limitó a rodar lo que uno de sus instructores le sugirió. Sin embargo, el tema del mirón, así como su posterior desengaño, anuncian ya algunas de las constantes que marcarán la filmografía del futuro director. Por no hablar de la tentación y las fatales consecuencias a las que todo hombre se expone cuando se deja llevar por sus instintos primarios.



martes, 11 de octubre de 2022

Roman Polanski: Odd Man Out (2012)




Título en español: Roman Polanski: hombre extraño fuera
Directora: Marina Zenovich
EE.UU., 2012, 85 minutos

Roman Polanski: Odd Man Out (2012)


Los hechos acaecidos en Suiza a partir de septiembre de 2009, con motivo de la detención de Polanski por parte de las autoridades helvéticas, obligaron a la cineasta Marina Zenovich a filmar una segunda parte de su aclamado documental Roman Polanski: Wanted and Desired (2008). Sobre todo porque, tal y como ella misma señala a través de la voz en off de su propia narración, se sintió hasta cierto punto responsable de desempolvar un caso que, tras la huida de EE.UU. a finales de los setenta del director de origen polaco, llevaba más de treinta años paralizado.

Así pues, son varias las tesis que se exponen a lo largo de Roman Polanski: Odd Man Out (2012) con el objetivo de esclarecer por qué un país teóricamente neutral se prestó a escuchar la demanda de extradición que pesaba sobre un ciudadano que hasta aquel entonces había visitado e incluso residido en Suiza con bastante frecuencia. 



Una de las razones aducidas apunta en la dirección del escándalo relacionado con la manipulación de divisas que poco antes salpicó a la entidad financiera UBS (Unión de Bancos Suizos). Según esta teoría conspirativa, la detención del célebre director habría sido una forma, por parte del Gobierno de la Confederación, de congraciarse con los fiscales estadounidenses encargados de investigar a los clientes que evaden o directamente blanquean su capital mediante cuentas bancarias depositadas en el país centroeuropeo.

Y a todo esto, la que en su día fuera víctima de los abusos, Samantha Geimer, se presta a ofrecer todo tipo de declaraciones, sonriente y rodeada de su familia, incluidos su madre y su marido, recalcando, una y otra vez, que la prensa sensacionalista le ha hecho mucho más daño que Polanski, al que perdonó públicamente años atrás. También el círculo próximo al acusado (el montador Hervé de Luze, sus abogados, la cineasta Danièle Thompson, el novelista Pascal Bruckner, etc.) aporta su visión de los hechos mientras el circo mediático, siempre ávido de carnaza, rodea el chalé de Gstaad en busca de alguna imagen de su ilustre confinado.



lunes, 10 de octubre de 2022

Confesiones de Roman Polanski (2011)




Título original: Roman Polanski: A Film Memoir
Director: Laurent Bouzereau
Reino Unido/Italia/Alemania, 2011, 94 minutos

Confesiones de Roman Polanski (2011)


La inacabable pesadilla de Roman Polanski con la justicia norteamericana vivió un episodio más en 2009 cuando el director franco-polaco, que se había desplazado hasta Zúrich para recibir el premio que el festival de cine de dicha ciudad le concediese por el conjunto de su carrera, era detenido por las autoridades suizas. Resultado: varias semanas de cárcel y otros tantos meses de arresto domiciliario en Gstaad.

Aprovechando precisamente ese período de reclusión, el productor Andrew Braunsberg (íntimo amigo del cineasta desde que se conocieran en Londres, allá por 1964) mantiene una larga conversación con Polanski en la que éste repasa su trayectoria personal y profesional desde los aciagos días del gueto de Varsovia hasta el momento de filmación de la entrevista.



Es ese toque cercano, en primera persona, lo que hace de Roman Polanski: A Film Memoir (2011) un documento único por lo que tiene de confesión frente a la cámara, llegando a ser varios los momentos en los que a Polanski se le saltan las lágrimas al recordar a su madre, exterminada en Auschwitz, o el brutal asesinato de su esposa, la actriz Sharon Tate, víctima de la locura de una secta satánica.

Claro que ese mismo planteamiento también pudiera interpretarse en clave muy distinta, como una simple justificación del personaje orquestada por su entorno más cercano. No en vano, tanto el director de la cinta, Laurent Bouzereau, colaborador habitual del cineasta (es el autor del Making-of de buena parte de sus largometrajes), como el ya mencionado Braunsberg forman parte del círculo exclusivo de fieles ayudantes del encausado.



domingo, 9 de octubre de 2022

Roman Polanski: Se busca (2008)




Título original: Roman Polanski: Wanted and Desired
Directora: Marina Zenovich
EE.UU./Reino Unido, 2008, 99 minutos

Roman Polanski: Se busca (2008)


"En Francia lo adoran y en América lo persiguen". O así, al menos, lo resumía uno de los testimonios que participaron en el documental Roman Polanski: Wanted and Desired (2008) dirigido por la estadounidense Marina Zenovich a propósito de la acusación que todavía hoy, más de cuatro décadas después de los hechos, aún pesa sobre el cineasta franco-polaco, imputado por haber mantenido "relaciones sexuales ilícitas" con una niña de trece años. Situación un tanto kafkiana que, al parecer (o por lo menos según la tesis central del filme), habría sido consecuencia de la complejidad del sistema judicial norteamericano, unida al afán de protagonismo del juez instructor del caso.

Aunque, por otra parte, también se hace especial hincapié en el destino aciago de un hombre perseguido por la tragedia desde su más tierna infancia. Alguien dotado de una personalidad magnética, capaz de ser el centro de atención sin proponérselo y, por ello mismo, blanco perfecto, a partir de un momento determinado de su vida, de la prensa sensacionalista de medio mundo. Sin embargo, ni el martirio de sus padres en los campos de exterminio nazi ni el brutal asesinato de su esposa, Sharon Tate, a manos del clan Manson pudieron doblegar el impulso creativo de un director tan exitoso como controvertido.



No obstante, parece ser que, al menos para una parte considerable de la opinión pública norteamericana, el que Polanski hubiese dirigido una película de temática satánica justo antes de que matasen a su mujer lo convertía en un personaje envuelto en una especie de leyenda negra. Algo así como un tipo bajito que, habiendo crecido en la monótona rigidez de un régimen socialista, estaba inevitablemente predestinado a convertirse, a su pesar, en un director de fama internacional y a la vez en el centro de envidias y rencillas.

Por último, pero no menos significativa, la presencia entre los participantes que dan su opinión sobre lo ocurrido de Samantha Geimer (la menor víctima de los supuestos abusos y hoy feliz madre de familia) aporta una nota todavía más absurda al caso, máxime si se tiene en cuenta que la mujer perdonó en su día a Polanski. De modo que la huida de este último, considerando la orden de busca y captura contra él que aún sigue vigente (lo que, en la práctica, se traduce en la imposibilidad de pisar suelo americano sin que su detención se hiciese de inmediato efectiva), terminó siendo la alternativa más plausible para un encausado cuyos derechos procesales no se habrían respetado plenamente.



sábado, 8 de octubre de 2022

Un dios salvaje (2011)




Título original: Carnage
Director: Roman Polanski
Francia/Alemania/Polonia/España/EE.UU., 2011, 80 minutos

Un dios salvaje (2011) de Roman Polanski


Cuando era chaval, recuerdo perfectamente que mi madre, una campesina andaluza sin estudios pero dotada de un extraordinario sentido común, solía decir: "Si mi hijo se pelea en la calle con otro niño, yo no iré a pedirle explicaciones a su madre. Porque los críos al día siguiente vuelven a ser amigos y yo, en cambio, me habré discutido con esa señora para nada". Sabias palabras, sin duda, que los protagonistas de Carnage (2011) distan de poner en práctica. Muy al contrario, estos padres de hoy en día adolecen de una corrección política tan puritana como hipócrita. Y bajo las buenas maneras que practican, adornadas incluso con ínfulas intelectuales, se esconde una fiera dispuesta a matar, si hace falta, para defender a sus cachorros.

No hay más que oír los términos en los que se expresan en la primera escena, mientras redactan una ridícula declaración a propósito de lo ocurrido, una simple riña entre muchachos en el parque que se salda con una violenta agresión, para darse cuenta de hasta qué punto el mundo se ha vuelto loco. Porque todas esas expresiones eufemísticas que pretenden sonar o muy legales o muy civilizadas ("sentido comunitario", "sentido del honor", "contexto social"...) no son más que la tapadera de la agresividad que rige el comportamiento de los seres humanos.



Y lo mismo pudiera decirse de la hospitalidad con la que los Longstreet, propietarios del acogedor apartamento neoyorquino repleto de libros de arte y ramos de tulipanes donde se desarrolla la acción, agasajan a los Cowan. A simple vista parece que Penelope (Jodie Foster) y Michael (John C. Reilly) desean sinceramente congraciarse con Nancy (Kate Winslet) y Alan (Christoph Waltz). Pero la gradual escalada de exabruptos que terminan protagonizando echa por tierra cualquier esperanza de que la cortesía sea capaz de contener nuestros instintos más primarios.

Adaptación de la pieza teatral de Yasmina Reza Le Dieu du Carnage, estrenada en París en 2008, la peculiar estructura de un filme que transcurre mayoritariamente en un único espacio (con la salvedad de las imágenes de la refriega y posterior convivencia de los chicos en el parque, al principio y al final de la película) permitió que Polanski rodase las escenas en orden cronológico. Lo cual favorece, a su vez, que la comicidad del guion vaya progresando desde la cordialidad inicial hasta la apoteósica discusión, despojados ya de sus respectivas máscaras, en la que acaba degenerando la reunión.



viernes, 7 de octubre de 2022

El escritor (2010)




Título original: The Ghost Writer
Director: Roman Polanski
Francia/Alemania/Reino Unido, 2010, 128 minutos

El escritor (2010) de Roman Polanski


Además de trepidante thriller político, el argumento de The Ghost Writer (2010) transita por la senda de innegable regusto hitchcockiano del "falso culpable" que, por "saber demasiado", sufre el acoso de una oscura red conspirativa. En ese sentido, el escritor al que interpreta Ewan McGregor responde a un perfil tan fantasmagórico como el título original de la película, ya que ni siquiera llegamos a saber cuál es su nombre. Recurso, por cierto, con el que se refuerza su condición, en tanto que negro al servicio de un ex primer ministro británico que le encarga la redacción de sus memorias, de personaje a la sombra del poder.

Sí se intuye, en cambio, que es un hombre con un pasado algo turbulento, alguien que tal vez tiene o haya tenido problemas con el alcohol a consecuencia de una ruptura sentimental, aunque tampoco se aportan excesivos detalles al respecto. Baste decir que ni su trayectoria ni su personalidad encajan demasiado en el nido de víboras al que ha ido a parar.



Del resto del reparto destaca la presencia estelar de rostros tan populares como los de Pierce Brosnan, muy propio en su papel de apuesto mandatario a lo Tony Blair envuelto en escándalos de corrupción, o la televisiva Kim Cattrall de Sex and the City, aquí reconvertida en eficiente secretaria/amante del antiguo premier. También, pero con una presencia mucho más fugaz, intervienen puntualmente Jim Belushi o el oscarizado Timothy Hutton, aparte del mítico Eli Wallach (1915–2014), en uno de sus últimos trabajos para la gran pantalla.

Que Polanski tuviese que recrear la isla de Martha's Vineyard en localizaciones de Alemania o Dinamarca es sólo una muestra más de las contrariedades a las que debe enfrentarse un cineasta con causas pendientes en suelo norteamericano. Hasta el extremo de que ni su encarcelación por parte de las autoridades suizas en septiembre de 2009 ni el posterior arresto domiciliario al que se vería sometido le impidieron supervisar los trabajos de postproducción de una cinta cuya trama se queda corta si la comparamos con la accidentada vida del director franco-polaco.

Quizá Polanski tuvo en mente el final de Atraco perfecto (1956) de Kubrick


domingo, 2 de octubre de 2022

Oliver Twist (2005)




Director: Roman Polanski
Francia/Reino Unido/República Checa, 2005, 130 minutos

Oliver Twist (2005) de Roman Polanski


Entre los diversos edificios que son el orgullo de una ciudad, grande o pequeña, no falta uno común a la mayor parte de ellas: el destinado a hospicio, asilo o casa de caridad. Cierto día, cuya fecha no hace al caso, como tampoco el nombre de la ciudad, que no quiero bautizar con uno imaginario, ni designar con el suyo, por prudencia, nació el simple mortal cuyo nombre figura a la cabeza de este capítulo.

Charles Dickens
Oliver Twist (1837–1839)
Traducción de Vergara

La minuciosidad con la que Polanski reconstruye el Londres decimonónico en su adaptación de Oliver Twist (2005) no deja lugar a dudas respecto a la maestría de un cineasta que afrontaba el reto de añadir algo nuevo al legado de tantos ilustres colegas que le habían precedido en el intento. Especialmente David Lean, cuya versión del 48 en blanco y negro, con Sir Alec Guinness encarnando el papel de Fagin, parecía difícil de superar. Aun así, el director franco-polaco supo rodearse de un excelente equipo de profesionales, entre los que destaca la labor de Pawel Edelman en la dirección de fotografía.

Comparada con sus predecesoras, esta nueva lectura del clásico de Dickens gana en fuerza visual gracias a una ambientación en la que no se escatiman todo tipo de detalles a la hora de reflejar las precarias condiciones de vida de las clases menesterosas en el seno de una sociedad profundamente dividida entre ricos y pobres. En ese aspecto, el submundo de pequeños maleantes al que va a parar el protagonista representa la triste constatación de que no hay esperanza posible de escapar de la miseria cuando ésta parece enquistada en lo más profundo de la colectividad.



Por otra parte, la elección de Barney Clark para el personaje central añadía un rostro cándido más a la larga nómina de niños que han interpretado el papel de Oliver. De la misma manera que Ben Kingsley, impecablemente caracterizado como viejo y avaro ratero, borda la enésima encarnación de un Fagin siempre ávido de reclutar nuevos miembros que incrementen las filas de su tropa infantil de carteristas.

En cambio, nadie diría viendo el bullicio de esas calles tan típicamente británicas que los exteriores de la película se rodaron, en realidad, en la República Checa, uno de los países coproductores de la cinta. Como tampoco es cierto que Gustave Doré ilustrase ninguna edición de las obras de Dickens. Y, sin embargo, Polanski se sirve de los grabados del artista francés para embellecer los títulos de crédito, tanto los iniciales como los finales. Lo cual aporta, dicho sea de paso, una nota artesanal que no desentona a pesar del aire de thriller de suspense que adquiere la trama a raíz del secuestro del chico a manos del pérfido Bill Sikes (Jamie Foreman).