Director: Aldo Fabrizi
España/Italia, 1957, 90 minutos
El maestro (1957) de Aldo Fabrizi |
La misión de un maestro es la más sublime que puede existir: modelamos las almas de los niños, les hacemos hombres. ¡Cuántas veces un maestro, con su ejemplo, evita que un niño se aleje del buen camino! ¡Y qué maravilloso es verlos crecer, pasar de una clase a otra, conocerlos desde pequeños y, cuando ya están en condiciones de enfrentarse con la vida, despedirse! De nosotros depende que esa vida sea más feliz para ellos.
Las bellas y elocuentes palabras que encabezan esta reseña son pronunciadas por el director de la escuela en la que trabaja el protagonista de El maestro (1957), filme dirigido e interpretado por el actor italiano Aldo Fabrizi (1905–1990). Ni que decir tiene que su tema central es la enseñanza, si bien toca tangencialmente otras cuestiones como la relación padre-hijo o los desvaríos seráficos de un hombre atormentado por una pérdida irreparable.
Se trata, por otra parte, de una cinta un tanto sensiblera, muy en la línea de Marcelino, pan y vino (1955) y demás producciones de la época al servicio del niño prodigio de turno, pero enormemente entrañable al mismo tiempo. Ahí están para demostrarlo las escenas de los alumnos en clase, participando de ese "campeonato de fútbol" sin balón que ha ideado don Juan (Fabrizi) para que los chicos se aprendan la lección a base de preguntas y respuestas.
Drama amable y a ratos lacrimógeno, la existencia del veterano profesor dará un giro a partir del momento en el que el destino le arrebate a su único hijo a consecuencia de un fatídico atropello. Circunstancia nada fácil de superar para quien, hasta entonces, anhelaba fundar una escuela de pintura y que ahora, falto de ganas de vivir, parece dispuesto a tirar la toalla.
Sin embargo, la aparición repentina de un nuevo alumno de carita angelical descoloca al orondo educador: se llama Gabriel y su padre es carpintero. Y, por si no fuera poco, parece conocer al dedillo los pormenores de la atribulada existencia del maestro de escuela. De hecho, insiste en acompañarlo a todas partes como si fuese su propia sombra...
Vaig plorar molt amb aquesta peli, que ens van passar a l'escola i tot, l'Aldo Fabrizi va ser un actor molt habitual durant uns anys.
ResponderEliminarNo m'estranya que t'emocionés. De fet, debia ser una pel·lícula molt entranyable en aquell context.
EliminarIntuyo algún significado bíblico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya lo creo: una especie de parábola en torno al ángel de la guarda que vela por el protagonista.
EliminarUn abrazo.
Muy melodramático por lo que cuentas.
ResponderEliminarSin duda: es lo que se llevaba entonces.
EliminarNo la he visto, pero la metáfora religiosa no puede ser más evidente: lo del ángel, que se llame Gabriel, y de familia de carpinteros (muy de esa época y más en nuestro país). Lo que me atrae de la cinta es el autorretrato de Fabrizi. Me interesa mucho ese tema.
ResponderEliminarSaludos!
Ignoro cuál fue el grado de implicación de Fabrizi en el proyecto, aunque supongo que, habiendo protagonizado y dirigido la cinta, debió de ser bastante. De lo que sí que estoy seguro es de que ésta fue la última película que dirigió.
EliminarSaludos.
Hola Juan!
ResponderEliminarHace mucho que no la veo. No se si ya te lo pregunte en alguna otra ocasión pero siento curiosidad, ¿tienes una (o mas...) película favorita relacionada con las aulas? Yo siento debilidad (si, podría decir que es mi favorita...) por "Goodbye, Mr. Chips" (1939), me resulta de lo mas entrañable.
Saludos y feliz semana!
Respondiendo a tu pregunta, Fran, te diré que, en general, no me gusta demasiado ver mi profesión reflejada en la pantalla. Aun así, mi película preferida sobre el mundo de la educación sigue siendo "L'enfant sauvage" de Truffaut.
EliminarSaludos.