Director: Juan Estelrich Jr.
España, 1997, 94 minutos
Pintadas (1997) de Juan Estelrich Jr. |
Si al francés Jean-Pierre Jeunet le hubiese dado en alguna ocasión por hacer un remake de La semilla del diablo (Rosemary's Baby, 1968) es muy probable que le hubiese salido algo similar a Pintadas (1997), segunda incursión como director de largometrajes del cineasta Juan Estelrich Jr., hijo, a su vez, del no menos inclasificable Juan Estelrich sénior (1927–1993), afamado ayudante de dirección de, entre otros, Luis García Berlanga y autor de una única película: la muy estimable El anacoreta (1976). Claro que, por vía materna, Estelrich Jr. es nieto del productor Tíbor Reves. Y, por si no fuera poco, estuvo casado durante cinco años con la actriz Emma Suárez, protagonista femenina del filme que nos ocupa.
Partiendo de un relato de Azcona, la cinta se adentra en los pormenores de una relación de pareja un tanto atípica: la que entablan Diego (Adolfo Fernández) y Clara (Emma Suárez). Ella ejerce la prostitución para pagarse la carrera de arqueología; él es un dibujante obsesionado con desvelar el misterio que encierran las paredes de la casa en la que se instalan. Porque el matrimonio que les precedió tenía la rara costumbre de comunicarse mediante multitud de mensajes que dejaron estampados sobre los muros de la vivienda.
Extraño argumento para una obra singular que oscila entre el drama y el cine de terror, rodada, en las escenas de interior, con la ayuda de una steadicam que permite captar el caos que rodea a los personajes, aparentemente condenados a revivir la desdicha que persiguió a los antiguos moradores del edificio. Incluso la posibilidad de que la finca se convierta en una comuna libertaria amenaza con repetirse tal y como ya ocurriera años atrás.
Atento al devenir de los acontecimientos, el ojo avizor del viejo José (Fernando Fernán-Gómez) controla todos y cada uno de los rincones de un inmueble cuya aura enigmática pudiera hacer creer que algún tipo de maldición pesa sobre quienes lo habitan. Aunque, a la hora de la verdad, la explicación a cuanto allí ocurre sea mucho más prosaica de lo que en un principio cabría esperar.
Una película un tanto singular por lo que señalas.
ResponderEliminarSin duda. De hecho, yo creo que reúne los requisitos indispensables para convertirse en una película de culto.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarTendré que verla. El rosto de Fernando con esa luz me recuerda a los bustos históricos. Lo de hombre del renacimiento se le queda corto...
Saludos!
Te la recomiendo encarecidamente, Fran: me parece que se trata de una pequeña genialidad, hasta cierto punto insólita en el cine español de los últimos años.
EliminarSaludos