Director: Fernando Fernán-Gómez
España, 1996, 97 minutos
Pesadilla para un rico (1996) de Fernán-Gómez |
A juzgar por los hechos que detalla Fernán-Gómez en sus memorias, no debió de ser muy placentero el rodaje de Pesadilla para un rico (1996). Comenzando por la elección del propio papel protagonista, que en un principio tenía que haber recaído en Alfredo Landa y que finalmente iría a parar al no menos célebre Carlos Larrañaga. Y es que levantar una película nunca ha sido tarea fácil, en especial cuando los recursos son escasos y se trabaja a contrarreloj para cumplir los plazos previstos.
Como ya sucediera en Siete mil días juntos (1994), anterior incursión de don Fernando tras las cámaras, se partía de un guion de Luis Alcoriza igualmente teñido de ese particular humor negro marca de la casa. Que aquí se concreta en las tribulaciones a que se verá sometido el financiero Álvaro de la Garza (Larrañaga) cuando, tras haber pasado la noche en compañía de la bella Mané (Beatriz Rico), se encuentre con un cadáver entre manos que podría comprometer muy seriamente su futuro al frente de la prestigiosa entidad bancaria para la que trabaja.
Quizá sea su estructura, rompecabezas en el que los acontecimientos no necesariamente se suceden en orden cronológico, lo más llamativo de un filme a medio camino entre la comedia y el delirio alucinante de un hombre desesperado. De hecho, la pesadilla que vive el banquero obedece más bien a un trastorno paranoico, teniendo en cuenta que una serie de funestas coincidencias le llevan a creerse víctima de la fatalidad.
En realidad, se acaba dando la circunstancia de que tanto el entorno familiar como el círculo de confianza de de la Garza saben mejor que él mismo cuál es el verdadero contenido del maletero de su Jaguar. Lo cual dará pie a situaciones cada vez más disparatadas (por ejemplo, la esposa y la hija intentando convencerle de que "una mujer desnuda no tiene importancia") respecto a alguien que no deja de ser una parodia en clave hispánica, con el telón de fondo de la corrupción en las altas esferas, del "falso culpable" hitchcockiano.
Comedia negra, como su anterior film, por lo que cuentas.
ResponderEliminarNegra y crítica con los poderosos, ya que el protagonista no deja de ser un trasunto de lo que por aquel entonces representaba Mario Conde.
EliminarQue tal Juan!
ResponderEliminarNo la he visto. Me estaba fijando detenidamente en esa foto de Fernando y la verdad que tenia un aspecto que imponía. Con esa voz tan particular podría haber interpretado a un villano de la saga Bond, ¿te lo imaginas?...
Saludos!
Pues no habría estado nada mal, ya lo creo. Aunque el hecho de que perteneciese a una generación anterior a la de los Bardem y Banderas le privó de esa posibilidad.
EliminarSaludos.