viernes, 17 de septiembre de 2021

¡Jo, papá! (1975)




Director: Jaime de Armiñán
España, 1975, 97 minutos

¡Jo, papá! (1975) de Jaime de Armiñán


Hacía apenas un mes que Franco había muerto cuando se estrenó ¡Jo, papá! (1975), cinta provista de la habitual sutileza de su director, el mismo Jaime de Armiñán que, como bien es sabido, llegó a suscitar, con varias de sus películas, la admiración de todo un genio como Stanley Kubrick. A este respecto, ya desde el propio cartel promocional del filme, en cuyo margen superior izquierdo podía leerse, bajo la fecha, tachada en rojo, de nuestra contienda civil, una pregunta tan elocuente como "¿Llegó ya el momento de olvidar?", se anunciaba el carácter rupturista de un guion, coescrito entre el cineasta y Juan Tébar, en el que la figura paterna adquiere la dimensión de viejo déspota en horas bajas.

En puridad, lo cierto es que fueron varios los títulos de aquel período que dejan entrever una similar intencionalidad alegórica, siendo los más recordados Furtivos (1975) de Borau, Ana y los lobos (1973) de Saura o, incluso, en un plano más comercial, La guerra de papá (1977) de Mercero. En el caso que nos ocupa, cabe señalar el peso obsesivo que tiene para el protagonista la evocación victoriosa de unas hazañas bélicas que, a pesar de las cuatro décadas transcurridas, el bueno de don Enrique (Antonio Ferrandis) se empeña en imponer a toda costa a su mujer e hijas en forma de recorrido turístico durante unas vacaciones de semana santa.



No es casual, por otra parte, que el núcleo familiar en torno a un veterano de guerra lo compongan exclusivamente mujeres, ya que, además de su trasfondo ideológico, la película se presta, asimismo, a una lectura feminista en la que Pilar (Ana Belén) representa una nueva generación que, aunque tímidamente, se acabará rebelando contra el patriarcado opresor. En ese sentido, la irrupción en su vida de Carlos (Josep Maria Flotats), un joven moderno y de valores más acordes con los de Pilar, le abrirá los ojos hasta el extremo de dar en el clavo de la particular relación paternofilial que une a padre e hija: "Él está enamorado de ti y tú un poco de él. El rey nunca encuentra al príncipe merecedor de su hija y la princesa no encuentra al príncipe que iguale los méritos de su padre (es una historia muy vieja). Los personajes del cuento quizá no lo saben, pero... eso es lo que les ocurre."

De modo que a Pilar, alentada, además de por Carlos, por una madre sumisa (Amparo Soler Leal) que recién acaba de retomar el contacto con un antiguo amor de juventud (Fernando Fernán-Gómez), no le quedará más remedio que enterrar definitivamente ese complejo de Electra que le impedía seguir creciendo. Así, la muchacha se libera de un lastre, mientras que don Enrique Seoane, cada vez más ensimismado en sus recuerdos, continuará reviviendo, una y otra vez, las glorias de un pasado idílico de batallitas que ya sólo existen en su memoria.



6 comentarios:

  1. Una parábola de la situación del momento muy bien construida.

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    1. Desde luego, Jaime de Armiñán es uno de los grandes directores de la historia del cine español.

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  2. Parece bastante pesada por lo que describís. Y me imagino que todo el tema Franco dió para miles de películas en España seguro. Saludos.

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    1. ¿Pesada? En absoluto, JLO: se trata de una gran película que, tal y como señalo en la entrada, además de aludir a la situación política ofrece varias lecturas posibles. Para salir de dudas, clica sobre el enlace y juzga por ti mismo.

      Saludos.

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  3. Hola Juan!
    Ese detalle del poster me ha parecido de lo mas curioso y desde luego valiente para la época.
    Anotada.
    Saludos!

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    1. ¡Rodada parcialmente en Vigo, chaval! O sea que te interesa verla.

      Saludos.

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