Director: Pedro L. Ramírez
España, 1962, 83 minutos
¿Dónde pongo este muerto? (1962) |
Mucho antes de que el Hollywood de finales de los años ochenta produjese éxitos comerciales como Este muerto está muy vivo (Weekend at Bernie's, 1989), el cine español de los sesenta ya había explorado por su cuenta el género de la comedia luctuosa. ¿Dónde pongo este muerto? (1962), hilarante producto elaborado en los barceloneses Estudios IFI, pertenece, precisamente, a dicha categoría. La dirección corrió a cargo del almeriense Pedro L. Ramírez (1919–1993), un habitual de este tipo de películas entre lo humorístico y lo macabro, que, el año anterior, había estrenado la no menos divertida Fantasmas en la casa (1961).
Independientemente de sus cualidades artísticas (que algunos pondrán en tela de juicio), lo cierto es que el filme que nos ocupa fue concebido como vehículo para el lucimiento de Miguel Gila y Fernando Fernán Gómez, dos figuras de contrastada vis cómica que aquí unían sus respectivos talentos con objeto de atrapar a ese escurridizo "fiambre juguetón" al que hace referencia el cartel de la película y cuyo mérito en vida había sido el diseño de un impreciso artilugio que lo mismo "podía dar la felicidad al ser humano o bien destruirlo, según el uso que de él se hiciera".
A este respecto, el hieratismo que irradian Cartier (Gustavo Re) y sus acólitos pretende pasar por vagamente soviético, en clara referencia a las redes de espionaje y contraespionaje tan frecuentes durante la Guerra Fría. Un telón de fondo perfectamente reconocible por los espectadores de la época y sobre el que, por tanto, no era necesario entrar en detalles.
No obstante, y al margen del contexto sociopolítico nacional e internacional de aquel entonces, ésta fue, por encima de todo, una cinta concebida con el firme propósito de hacer reír al público. De ahí que la naturaleza de sus personajes, lineales y candorosos, esté muy próxima a la de los dibujos animados. En ese sentido, bastaría echar un vistazo a su cartel y demás materiales promocionales para corroborar que se trata de un filme de naturaleza cercana al cómic o al cartoon. Deudor, asimismo, del lenguaje publicitario. No en vano, Ramón (Gila) y Elisa (Claude Arnold) son, como los recién casados de Esa pareja feliz (1951) de Bardem y Berlanga, los ganadores de un concurso patrocinado por una marca de detergente, en este caso Espumín.
Supongo que será divertida.
ResponderEliminarSí, si la miras con indulgencia.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarYa esta en la lista, gracias por traerla. Por cierto, me encanta ese poster final.
En caso de que te interese el personaje de Gila aquí te dejo un enlace a un programa que le dedicaron en "Documentos RNE", ahora tengo dudas si ya te había mandado esto anteriormente, esta memoria mía... Bueno, por si acaso ahí te va, son unos programas estupendamente producidos.
https://www.rtve.es/play/audios/documentos-rne/documentos-rne-miguel-gila-hombre-humor-25-08-18/1235692/
Saludos!
Hola, Fran:
EliminarMe interesa muchísimo el humor de Gila, aunque creo que en esta película todavía estaba lejos de alcanzar la brillantez de sus monólogos televisivos.
Muchas gracias por el enlace, no tenía constancia de este programa.
Saludos.