Director: Pedro Almodóvar
España, 2004, 106 minutos
La mala educación (2004) de Almodóvar |
Más oscuro que otros filmes de su director, La mala educación (2004) representa un auténtico ajuste de cuentas con la infancia traumática que le tocó vivir al manchego en un colegio religioso. En ese sentido, un cierto aire de resentimiento se deja sentir de continuo flotando en el ambiente, lo cual no favorece en absoluto el perfecto desarrollo de la trama. De hecho, el final mismo, resuelto mediante paneles explicativos, denota más bien precipitación a la hora de concluir una historia que transcurre en diferentes planos de realidad: el relato "La visita", la adaptación cinematográfica del mismo, la propia reconstrucción de los hechos (relatados por uno u otro personaje).
Por lo demás, Almodóvar se mantiene fiel a su particular método de trabajo para escribir la película, por lo que resulta relativamente fácil reconocer elementos que retoma de guiones anteriores. Por ejemplo, la presencia (no acreditada) de Leonor Watling, una de las protagonistas de Hable con ella (2002), en un pequeño papel. O un más que evidente paralelismo con el planteamiento original de La ley del deseo (1987), filme cuyo protagonista, interpretado por Eusebio Poncela, se parecía enormemente al Enrique Goded (Fele Martínez) de La mala educación.
Tal vez lo más sobresaliente, en su conjunto, son las interpretaciones, comenzando por un soberbio Gael García Bernal al que secundan los no menos notables Javier Cámara, Daniel Giménez-Cacho y, sobre todo, Lluís Homar encarnando al atormentado señor Berenguer: magnífico elenco de actores a cuya maestría se suma, en el apartado técnico, la extraordinaria banda sonora de Alberto Iglesias y la fotografía de José Luis Alcaine.
A diferencia de otros títulos de su extensa filmografía, en los que se esboza un universo esencialmente femenino, el Almodóvar de La mala educación planteaba un escenario cuyos integrantes son, en su mayoría, hombres, ya sean gais, travestis o transexuales. Circunstancia, ésta, nada casual, teniendo en cuenta la enorme carga autobiográfica de una cinta concebida con el firme propósito de exorcizar los fantasmas fruto de un sistema educativo basado en la represión.
Imagino que Almodóvar necesitaba hacer esta película.
ResponderEliminarSin duda: la escritura del guion, que le llevó alrededor de diez años, debió de ejercer propiedades terapéuticas sobre su psique.
EliminarÉsta es una de las que -aún- no ví... anotada ya estaba, pero remarco.
ResponderEliminarUn beso.
Es, quizás, una de sus películas más duras, con un innegable trasfondo autobiográfico.
EliminarBesos.
Aunque ésta tampoco es una de sus mejores películas, resulta muy relevante dentro de una filmografía que tiene mucho de autobiográfica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto. Por otra parte, parece ser que Gael García Bernal acabó un poco hasta el gorro de las exigencias del director.
EliminarUn abrazo.
Hola Juan!
ResponderEliminarEs una película que me gusto mas la segunda vez que la vi. En cuanto al poster, es mirarlo y me viene a la cabeza la Coca-Cola, es absurdo, lo se...
Saludos!
No tan absurdo, Fran: los colores rojo y blanco son los mismos que contiene el logo de dicho refresco.
EliminarSaludos.