Director: Pedro Almodóvar
España/Francia, 1995, 103 minutos
La flor de mi secreto (1995) de Almodóvar |
La flor de mi secreto es una película de "buenos sentimientos", sin que esto signifique la menor concesión al sentimentalismo. O sea, se trata de un drama duro. Aunque adoro el melodrama, esta vez me he decidido por la aridez y la síntesis. Hiel en vez de miel. Lágrimas que no sirven de desahogo, sino que ahogan. Dolor del bueno.
Pedro Almodóvar
"Génesis"
Guion de La flor de mi secreto
Una escritora de literatura rosa a la que las novelas le salen negras... Valiéndose de tan singular planteamiento, el director manchego ofrecía una de sus películas más intimistas. Y es que la crisis creativa y personal que atraviesa en la ficción Leo Macías (Marisa Paredes) le sirve a Almodóvar como pretexto para abordar algunas de sus obsesiones más recurrentes, entre ellas la figura materna (magistralmente interpretada por Chus Lampreave) o las adicciones (en este caso al alcohol). Tal vez por ello resulta relativamente fácil rastrear en La flor de mi secreto elementos que el director desarrollará con posterioridad en otros títulos de su ya extensa filmografía.
Visto así, el embrión de Todo sobre mi madre (1999), por ejemplo, ya se intuye en esta película. Y, en esa misma línea, ¿cómo no ver en la pareja de doctores encarnada por Jordi Mollà y Nancho Novo o en la coreografía de Joaquín Cortés y Manuela Vargas, al son de la "Soleá" de Miles Davis, un presagio de lo que varios años después será Hable con ella (2002)? ¿No está contenido el germen de Volver (2006) en el argumento de alguno de los relatos de la superventas Amanda Gris? Incluso "Dolor y vida" parece anunciar el título de su más reciente Dolor y gloria (2019).
Todo un universo, en definitiva, que en esta ocasión tocaba tangencialmente el conflicto de la antigua Yugoslavia a través del personaje de Paco (Imanol Arias): alto mando destinado en Bosnia y que regresará fugazmente de permiso para certificar la agonía de su propio matrimonio. También el mundillo editorial recibe alguna que otra pulla, con esos agentes de Ediciones Fascinación que atosigan a Leo noche y día diciéndole qué es lo que puede y lo que no puede escribir.
Aunque si hay un rasgo definitorio del Almodóvar más auténtico ése es su condición de cinéfilo redomado. Frases, alusiones, ambientes: todo respira un innegable aire de película. Desde la redacción del diario El País, que Leo compara con las oficinas de El apartamento (1960), hasta el brindis frente a la chimenea en plan Ricas y famosas (1981). Referencias explícitas que están presentes, asimismo, en uno de los momentos álgidos de la cinta: la soberbia escena nocturna, en una Plaza Mayor desierta, cuando el orondo Ángel (Juan Echanove), emulando a Bogart, elige una frase de Casablanca (1942) para declararle su amor a Leocadia: "Nunca olvidaré ese día: los alemanes vestían de gris y tú, de azul..."
Como algunas otras de Almodóvar, hay un algo, o un mucho de autobiográfico en la película.
ResponderEliminarPor descontado: sobre todo en lo que se refiere al personaje de Chus Lampreave, inspirado en la madre del director.
EliminarQue tal Juan!
ResponderEliminarLa he visto en mas de una ocasión, es de las que me dejan buen cuerpo.
Saludos!
Sobre todo porque, a pesar de que su autor la califique de drama, tiene un final feliz.
EliminarSaludos.