domingo, 19 de abril de 2020

El péndulo de la muerte (1961)




Título original: Pit and the Pendulum
Director: Roger Corman
EE.UU., 1961, 77 minutos

El péndulo de la muerte (1961)
de Roger Corman

Estremeciéndome de pies a cabeza, me arrastré hasta volver a tocar la pared, resuelto a perecer allí antes que arriesgarme otra vez a los horrores de los pozos —ya que mi imaginación concebía ahora más de uno situados en distintos lugares del calabozo. De haber tenido otro estado de ánimo, tal vez me hubiera alcanzado el coraje para acabar de una vez con mis desgracias precipitándome en uno de esos abismos; pero había llegado a convertirme en el peor de los cobardes.

Edgar Allan Poe
El pozo y el péndulo
Traducción de Julio Cortázar

Ya desde sus psicodélicos títulos de crédito iniciales, Pit and the Pendulum es un cromo lisérgico rebosante de los tópicos más frecuentes en el cine de terror de los años sesenta, desde las mazmorras de cartón piedra de un castillo repleto de telarañas hasta los primeros planos del rostro perturbador de Vincent Price. No faltan, asimismo, los rayos y truenos en un paraje inhóspito al borde de un acantilado solitario ni la celda de castigo en donde un antiguo inquisidor español torturó a no pocos reos valiéndose de los más sofisticados aparatos para el tormento.

La acción transcurre en 1546 en una remota fortaleza cuyo propietario, Nicolás Medina (Price), vive atenazado por el recuerdo de una vivencia traumática que marcó su infancia. Éste, individuo inestable al que la reciente muerte de su esposa ha terminado sumiendo en un permanente estado de desasosiego, cuenta, desde hace algún tiempo, con la compañía de su hermana Catherine (Luana Anders) quien, procedente de Barcelona, procura hacerle más llevadera su tristeza.



Sin embargo, la visita inesperada del inglés Francis Barnard (John Kerr), hermano de la difunta, coincidirá con una serie de fenómenos extraños que van a poner en entredicho que Elizabeth (Barbara Steele) esté realmente muerta.

Con un guion del novelista Richard Matheson, basado, a su vez, en el relato homónimo de Edgar Allan Poe, El péndulo de la muerte posee el característico brío de las producciones de Roger Corman, si bien adolece de alguna que otra imprecisión histórica e incluso lingüística, como esa manía que tienen los personajes de utilizar el término doña como si fuese sinónimo exacto de señora. De ahí que sus diálogos abunden en expresiones graciosísimas del tipo "¡Hola, doña!" o "¡Adiós, don Medina!" Con todo y con eso, la cinta, magistralmente fotografiada por Floyd Crosby en formato Panavisión, se deja ver con agrado.


4 comentarios:

  1. La serie de Corman sobre Poe es un regalo visual para el espectador y una joya para el cinéfilo.
    Abrazos.

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  2. Hola Juan!
    Le pasamos por alto su factura visual y demás licencias, a mi también me parecen estupendas y agradables de ver.
    Saludos!

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    1. Sobre todo porque nos recuerdan una época del cine que, lamentablemente, pasó a mejor vida.

      Saludos.

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