Título original: Victoria
Directora: Justine Triet
Francia, 2016, 97 minutos
Los casos de Victoria (2016) |
Es tanta la sutileza de lo que se propone mostrar la directora Justine Triet con su segundo largometraje (La bataille de Solférino había sido el primero, en 2013) que difícilmente podía llegar a buen puerto: una comedia que es un drama y, al mismo tiempo, una película de juzgados en la que también intervienen animales y niños... Ummm... Demasiadas cosas a la vez. Ya se sabe: quien mucho abarca...
Que la bella Victoria (Virginie Efira) es un caos de mujer salta enseguida a la vista, pero de ahí a llamarla "superheroína de los tiempos modernos", como reza el cartel promocional de la película, media un abismo. ¿Por qué debería ser merecedora de tal apelativo una abogada divorciada que apenas se ocupa de sus dos hijas, que recibe en su habitación a desconocidos con los que contacta a través de internet mientras las niñas juegan en la sala de estar con el canguro de turno?
Bueno, claro: es que para los integrantes de la generación Y eso de ser desorganizado es el summum de la fascinación y, por más que la protagonista pretenda hacernos creer que busca un poco de estabilidad en su vida, lo cierto es que a buen seguro que, para muchos, el atractivo principal de Los casos de Victoria será verla a ella fluctuando en ese apartamento desordenado, ora riendo ora desmayándose.
Una boda que acaba con la novia acusando al novio de apuñalarla; un dálmata y un chimpancé testificando en el ulterior juicio; un litigio paralelo en el que Victoria acusa a su ex de difamarla aireando intimidades en un blog... Ciertamente, Hawks, Wilder o Leo McCarey habrían hecho maravillas con unos ingredientes tan disparatados, no así una directora carente de la agudeza de aquellos grandes maestros.
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