Director: Luis García Berlanga
España, 1985, 122 minutos
La vaquilla (1985) de Berlanga |
¡La que se lía por una vaquilla! Valió, sin embargo, la pena tener que esperar durante décadas a que una película, cuyo guion dicen que durmió tantos años el sueño de los justos en el fondo de un cajón, pudiese rodarse de una vez por todas. Porque, a fin de cuentas (y ya han pasado más de treinta años desde entonces), García Berlanga y Azcona acertaron a reflejar muy bien, como por otra parte era habitual en ellos, la idiosincrasia nacional.
En ese sentido, y por más que se haya convertido en un tópico el decirlo, La vaquilla es una comedia coral en la que el personaje colectivo, con la ayuda de esos planos secuencia tan elaborados de su director, capta a la perfección el carácter de los españoles. Y qué mejor trasfondo histórico para ello que nuestra Guerra Civil, aunque sea en clave de humor.
Los Alfredo Landa, Pepe Sacristán, Guillermo Montesinos, Santiago Ramos, María Luisa Ponte (y un larguísimo etcétera de cómicos) supieron dar lo mejor de sí mismos, interpretando unos diálogos bajo cuya agudeza desternillante se palpa la tragedia, en lo que podría considerarse la versión cómica de Kafka.
De ahí que la vaquilla muerta de la escena final, devorada por los buitres al tiempo que suenan los acordes de "La hija de Juan Simón" en la voz de Angelillo, nos aporte la verdadera dimensión de un filme bastante más metafísico de lo que pudiera parecer a simple vista.
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