sábado, 12 de agosto de 2023

Time to Love (1965)




Título original: Sevmek Zamanı
Director: Metin Erksan
Turquía, 1965, 90 minutos

Time to Love (1965) de Metin Erksan


Enamorarse de un retrato parece algo propio de otras épocas, de cuando los códigos del amor cortés (si es que alguna vez fueron algo más que literatura) seguían aún en vigor. Pero eso es precisamente lo que le ocurre a Halil (Müsfik Kenter), el protagonista masculino de Sevmek Zamanı (1965), filme turco que permaneció durante décadas durmiendo el sueño de los justos y que recientemente, tras ser objeto de una minuciosa restauración, ha sido recuperado bajo el título internacional de Time to Love. De su director, el no menos desconocido Metin Erksan (1929-2012), ya tuvimos ocasión de hablar en la entrada anterior al comentar su espléndido drama rural El árido verano (Susuz Yaz, 1963), otra muestra del excepcional momento creativo que atravesaba el cineasta otomano a mediados de los años sesenta.

Además de una bella historia romántica, la cinta que nos ocupa es también un alegato contra los prejuicios de clase, toda vez que une a dos seres tan antagónicos como puedan ser un pintor de brocha gorda y una rica heredera de la élite de Estambul. Nada haría pensar, a priori, en la viabilidad de semejante relación y, sin embargo, surge de inmediato la chispa cuando la bella Meral (Sema Özcan) sorprende a un desconocido absorto en la contemplación del cuadro con su efigie que preside el salón de su segunda residencia, una lujosa villa en las exclusivas Islas Príncipe (en el Mar de Mármara) en cuya decoración había trabajado previamente Halil.



Desde el punto de vista formal, se le puede perdonar a Erksan el preciosismo paisajístico de su puesta en escena, así como el apasionamiento exacerbado que transmiten unos personajes de todo punto inverosímiles. Aunque lo importante, tal vez, no resida tanto en la credibilidad de lo que se cuenta, sino en cómo la acción, un típico caso de amor platónico con ribetes de amour fou, se imbrica gradualmente con los encantos que la cámara sabe extraer de las estampas que le brinda el lánguido otoño lluvioso en el que se enmarcan los hechos.

En definitiva, son muchos los obstáculos que se interponen en el camino de Halil y Meral, por lo que, como no podía ser de otra manera, ni el romance entre ambos resultará tan idílico como en principio cabría suponer (pese a la aparente imagen de modernidad que, por ejemplo, transmite el padre de la novia) ni los sabios consejos del viejo y fiel Mustafá (Fadil Garan) lograrán impedir que el destino acabe ejecutando su sentencia cruel contra la pareja.



2 comentarios:

  1. Historia de un amor imposible con un buen envoltorio formal, por lo que cuentas.

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    1. Así es. Parece increíble que haya podido permanecer tanto tiempo en el olvido. Desde luego queda mucho cine por (re)descubrir.

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