Directora: Ana Mariscal
España, 1962, 86 minutos
Feria en Sevilla (1962) de Ana Mariscal |
Pese a que su padre insiste vehementemente en hacer de él una figura del toreo, al joven Rafael sólo le interesa triunfar en el mundo del espectáculo. Entre otras cosas porque posee una voz privilegiada que fascina a cuantos le escuchan cantar. Y así, acompañado de sus inseparables Pepillo (Ángel Ter) y el gitanito Agustín (Juan Salazar, Porrinas hijo), se lanza a la aventura para ver si logra hacerse un hueco en el panorama artístico de la capital andaluza.
Puede que el argumento de Feria en Sevilla (1962) resulte un tanto anodino desde el punto de vista cinematográfico, aunque ya se sabe que este tipo de productos solían estar al servicio del astro de turno que los protagonizaba. Que en este caso no era otro sino Pedrito Rico (1932-1988), «El Ángel de España», como lo apodaron aquí y, sobre todo, en Argentina, adonde cosechó un éxito tan notable que Buenos Aires llegaría a convertirse en su residencia habitual.
Huelga decir que los números musicales incluidos en la cinta destacan por encima de la propia acción, siendo los temas más remarcables (con música del maestro Solano y letra de Ochaíta y Valerio) una versión del "Porón-pon-pon" ligeramente distinta a la popularizada por Manolo Escobar o "La de la Calle Pureza", interpretada en un lujoso escenario por Conchita Bautista, quien da vida a una estrella ya consagrada que responde al sonoro nombre de Cruz de los Reyes.
Y como suele ser habitual en las películas por ella dirigidas, Ana Mariscal se reserva un breve papel, ya hacia el final de la trama, concretamente el de una bella cazatalentos que, ante la imposibilidad de contratar a Cruz, propondrá una suculenta oferta a Rafael para que actúe en el circuito de teatros que posee en América y para la televisión. Declaración de intenciones por parte de una cineasta que, bajo la apariencia bobalicona de esta comedia repleta de tópicos (subrayada por la presencia en el reparto de un Miguel Ligero que lo mismo hace de turco que de representante artístico un tanto trilero), ensalzaba la figura de un artista, Pedrito Rico, hostigado durante el franquismo por su condición de homosexual.
Muchos tópicos, en efecto, pero siempre hay algo positivo como lo que señalas al final.
ResponderEliminarPor eso Filmoteca Española ha titulado la retrospectiva que le dedica “Ana Mariscal. Una discreta rebeldía”.
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