Título original: The Patchwork Girl of Oz
Director: J. Farrell MacDonald
EE.UU., 1914, 81 minutos
La muñeca de trapo de Oz (1914) |
A medida que iba publicando sus novelas del ciclo de Oz, el afamado (y avispado) L. Frank Baum aumentaba su ya de por sí considerable fortuna ejerciendo como productor, al frente de la The Oz Film Manufacturing Company, de las correspondientes adaptaciones cinematográficas. Es el caso de The Patchwork Girl of Oz (1914), estrenada apenas un año después de la aparición del libro y de la que el mismísimo Thomas Alva Edison fue uno de los socios patrocinadores.
Cuenta la historia de Ojo (Violet MacMillan), un muchacho munchkin que vive en la más absoluta pobreza junto a su melancólico tío Nunkie (Frank Moore). Con el ánimo puesto en remediar su precaria situación económica, ambos deciden trasladarse a Ciudad Esmeralda. Pero antes harán escala en casa del doctor Pipt (Raymond Russell), un mago que lleva seis años de intenso trabajo en la preparación de lo que él denomina "Polvo de la Vida". Su esposa, en cambio, harta de apechugar con las tareas del hogar, toma prestada una varita mágica de su marido para darle forma a una enorme muñeca de trapo que pase a ser su criada.
El hecho de que el engendro creado por la señora Margolotte (Leontine Dranet) carezca inicialmente de cerebro parece una reminiscencia del Espantapájaros, si bien Ojo hará de las suyas y, a escondidas, hurgará en el armario en el que el doctor esconde los tarros con distintos tipos de sesos. Juicio, obediencia, ingenuidad, astucia... son los ingredientes del mejunje que el chaval introduce en la cabeza hueca de la chica de retazos justo cuando el Polvo de la Vida está listo para su uso. Resultado: Scraps (Pierre Couderc), un ser cuya hiperactividad contrasta con la rigidez de tío Nunkie, Margolotte y Danx (pretendiente de la hija de los Pipt), los tres convertidos accidentalmente en estatua. Evidentemente, el resto de la trama consistirá en la azarosa búsqueda de los cinco elementos con los que preparar una pócima que contrarreste el efecto de petrificación. Éstos son: un trébol de seis hojas, el ala de una mariposa amarilla, agua de un pozo oscuro, una gota de aceite del cuerpo de un hombre vivo y tres cabellos de la cola de una especie de gato gigante llamado Woozy.
Pese al fracaso comercial de la cinta, cabe destacar el uso que en ella se lleva a cabo de una primitiva aunque eficaz técnica de stop-motion (por ejemplo en la confección de la muñeca o, en otra escena posterior, cuando el mobiliario de una habitación se mueve solo). Asimismo, la minuciosa confección de los decorados y del vestuario denota el esmero con el que sus creadores afrontaron el proyecto. Por cierto que, entre los muchos extras que intervienen, parece ser que se encontraban futuras celebridades como Harold Lloyd o Hal Roach.
D'on treus aquestes perles de pel·lícules? Encara trobaràs la Thais perduda de l'Elena Jordi. Felicitats de nou pel blog!
ResponderEliminarDoncs capbussant-me per internet: amb una mica de paciència s'acaba trobant tot (bé, la "Thais" em sembla que està complicat, jeje). Gràcies a tu per la teva fidelitat.
EliminarSiempre hay algo llamativo en estas películas por primitivas que parezcan o por sencillo que sea su argumento.
ResponderEliminarSupongo que la fascinación de hacer revivir algo que se filmó hace más de cien años.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarEsa primera imagen resulta un tanto perturbadora, siempre me han provocado atracción esas fotos, buscar pequeños detalles, ambientación, maquillaje, hasta los suelos tienen su cosa...
Saludos y hasta la próxima!
Corresponde al momento en el que aplican la pócima mágica que dará vida a la muñeca. Tiene pinta de ser una foto-fija de las que se utilizaban para promocionar las películas.
EliminarSaludos.