Director: Juan Antonio Bardem
España, 1977, 104 minutos
El puente (1977) de Juan Antonio Bardem |
Algo de desquite tiene El puente (1977), considerando que era la primera película que Bardem pudo filmar en libertad, exento ya de las ataduras de los censores franquistas. En ese aspecto, el guion de la película, coescrito por el propio cineasta y Javier Palmero a partir de algunos relatos del novelista Daniel Sueiro, reunía la mayor parte de fantasmas que hasta ese momento habían sido del todo inabordables en nuestro país. Drogas, sexo, política... No hay ni un solo tabú que el bueno de Juanito (Alfredo Landa) deje de cruzarse a lo largo de su particular odisea rumbo a Torremolinos.
Porque debe señalarse que el protagonista de la cinta comienza siendo el típico españolito desclasado, un individuo fanfarrón y vividor que, a base de desengaños, irá gradualmente adquiriendo conciencia de los males que asolan el mundo. Es posible que, a día de hoy, pueda parecer un planteamiento inocente en exceso, pero así era el sentir de quienes, tras cuarenta años de dictadura, tenían depositadas sus esperanzas en los cambios que auguraba el advenimiento de la democracia.
Planteada como una road movie de aire risueño con alguna que otra pincelada humorística, son muchos los intérpretes que aparecen fugazmente en papeles secundarios: Paco Algora, Josele Román, Victoria Abril (en los inicios de su carrera), Pilar Bardem, Manuel Alexandre, Álvaro de Luna... De lo cual se desprende un cierto ambiente de camaradería que llega a su punto culminante en las escenas corales protagonizadas por los cómicos del Grupo de Teatro Independiente o los hippies que viajan en furgoneta.
Sin embargo, la nota predominante deja entrever una sociedad de obreros alienados (pese a que unos pocos, compañeros de Juan en el taller, estén planeando acciones reivindicativas) en la que permanecen intactas las estructuras del antiguo régimen. De ahí los caciques y demás fuerzas vivas que van episódicamente desfilando por los mismos escenarios por los que transita Juan a lomos de su incombustible motocicleta. Será cuestión de tiempo, pues, que al modesto mecánico, rijoso y egoísta, le nazca la suficiente entereza como para decidirse a dejar de ser un mero espectador de las cosas que suceden a su alrededor.
Hola Juan!
ResponderEliminarVaya, esta me la veo pero ya... Me sonaba ver a Landa en alguna imagen pero desconocía la película. Estaba viendo el inicio y la cosa desde luego promete, a mi estas películas aun con sus costuras me resultan de lo mas interesante.
Anda que el nombre de la moto (La poderosa) tiene tela...jeje
Gracias por traerla, que tengas un buen finde!
En realidad, la elección de Alfredo Landa como actor protagonista no fue en absoluto casual, ya que el objetivo de la cinta era justamente despertar conciencias entre los espectadores habituales del landismo.
EliminarGracias a ti por pasarte.
Saludos.
El film es un retrato, desde el punto de vista de Juan Antonio Bardem, cuya militancia política queda patente en el desarrollo de la misma, de una España que despierta, pero a la que aún quedan secuelas de un mundo de represión, atraso y caciquismo, que está presente en el día a día de sus habitantes.
ResponderEliminarTambién tiene algo de compendio o incluso de puesta al día de lo que hasta aquel entonces había hecho como director, de ahí el episodio de los cómicos o el del torero que huye porque tiene miedo.
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