martes, 12 de abril de 2022

Cuentos de Pasolini (1973)




Título original: Storie scellerate
Director: Sergio Citti
Italia/Francia, 1973, 93 minutos

Cuentos de Pasolini (1973) de Sergio Citti


Aprovechando el tirón comercial de I racconti di Canterbury (1972) los distribuidores españoles decidieron que estas Storie scellerate (1973), algo así como "Historias atroces" en el original italiano, se titulasen aquí con un anodino Cuentos de Pasolini. Lo cual se presta a error, puesto que el célebre cineasta no dirigió la película, sino que se trata de uno de los guiones que escribiera en colaboración con Sergio Citti (1933–2005), su ayudante de dirección en tantísimos filmes. En cualquier caso, lo que sí queda meridianamente claro es lo acertado del adjetivo scellerato, teniendo en cuenta que varios de los episodios culminan con la emasculación del protagonista masculino...

Por otra parte, buen número de los secundarios habituales en la filmografía del maestro están aquí presentes. Así pues, además de Franco Citti y Ninetto Davoli, en los papeles principales, el espectador reconocerá, entre otros, el peculiar rostro de Ettore Garofolo, el mismo actor que, una década antes, había interpretado al hijo de Anna Magnani en Mamma Roma (1962). Una galería de seres desdentados, a menudo pastores o campesinos, envueltos en líos de cuernos y crímenes pasionales.



También el tema eclesiástico está muy presente, en clave ligeramente anticlerical, con esos párrocos libidinosos, siempre dispuestos a saltarse el voto de castidad, aunque sea abusando de la confianza y el candor de alguna beata. O incluso la presencia de su Santidad, rodeado de cardenales lisonjeros y más preocupado por los placeres gastronómicos que no por solucionar los problemas de su grey.

Sin embargo, y a pesar del peso innegable del apellido Pasolini, no puede decirse que estemos ante una de sus muchas genialidades: falto del espíritu iconoclasta de su mentor, Citti lleva la puesta en escena por unos derroteros muy de brocha gorda, alejándose de los temas trascendentales que cabría esperar en un libreto que lleva la firma de PPP, hasta incurrir en un tono vodevilesco de comedia insípida de tintes eróticos y por momentos soez.



2 comentarios:

  1. De cualquier modo, se deja ver esa peculiar iconoclastia provocativa del autor italiano.

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