Director: Fernando Trueba
España, 2016, 128 minutos
La reina de España (2016) de Fernando Trueba |
La gradual popularidad de la que ha sido objeto La niña de tus ojos (1998), uno de los títulos de mayor éxito comercial en la filmografía del director Fernando Trueba, llevó a que el cineasta madrileño proyectase una secuela con el mismo elenco de actores. Sin embargo, aquello de que "segundas partes nunca fueron buenas" parece cumplirse con La reina de España (2016), irregular continuación de las andanzas de unos personajes que, después de haberse visto inmersos en mil y una correrías en la Alemania nazi, se reencuentran al cabo de los años con motivo de una producción histórica auspiciada por los americanos.
Han transcurrido alrededor de un par de décadas y Macarena Granada (Penélope Cruz) es ahora una reputada estrella de Hollywood que regresa a la que fuera su patria para protagonizar un filme en el que interpreta a Isabel la Católica. Aunque la verdadera sorpresa se la va a llevar el resto del equipo cuando, procedente de Francia, regresa el añorado Blas Fontiveros (Antonio Resines), a quien todos daban por muerto.
Uno de los principales atractivos del guion de Trueba reside en la gran cantidad de guiños y referencias cinéfilas que encierra, tanto en los diálogos como en la propia ambientación. Así pues, los numerosos carteles de películas que adornan las paredes, por ejemplo el de El malvado Carabel (1956) de Fernán-Gómez, ayudan a contextualizar el momento exacto en el que tiene lugar la acción. Como lograda resulta, por otra parte, la alusión indirecta a determinados mitos cuyo trasunto, caso del alcoholizado John Scott (Clive Revill), remedo de John Ford, remite a la época dorada del séptimo arte.
Independientemente de que su propuesta no gozase de excesiva aceptación por parte de público y crítica, lo cierto es que el mayor del clan Trueba reunió a un buen puñado de nombres ilustres (Jorge Sanz, Javier Cámara, Rosa Maria Sardà, Ana Belén, Loles León, Neus Asensi, Santiago Segura...), aparte de otras tantas celebridades (Arturo Ripstein o hasta Bayona) que se prestaron a interpretar pequeños papeles o incluso fugaces cameos. En resumen, todo un all star al servicio de una trama tan rocambolesca como deliberadamente inverosímil, con rescate incluido en el Valle de los Caídos, que culmina con la visita del mismísimo Caudillo (Carlos Areces) al rodaje y el memorable duelo dialéctico que entabla con la protagonista.
Sin duda es más floja que "La niña de tus ojos", pero tampoco merecía un fracaso en el que tuvieron algo (o mucho) que ver unas palabras del realizador cuando, al recibir el Premio Nacional de Cinematografía, afirmó, inocentemente, que "nunca se había sentido español".
ResponderEliminarUn abrazo.
Polémicas al margen, lo cierto es que tenía ante sí el difícil reto de reeditar el éxito de una película ya de por sí excelente. Y de ahí que la secuela no aguante la comparación con su predecesora.
EliminarUn abrazo.