martes, 23 de julio de 2024

Conflicto de sangre (1978)




Título original: Un fatto di sangue nel comune di Siculiana fra due uomini per causa di una vedova. Si sospettano moventi politici. Amore-Morte-Shimmy. Lugano belle. Tarantelle. Tarallucci e vino
Directora: Lina Wertmüller
Italia/Reino Unido, 1978, 124 minutos

Conflicto de sangre (1978) de Lina Wertmüller


Aparte de ostentar el récord Guinness por el título más largo de la historia del cine, Fatto di sangue fra due uomini per causa di una vedova. Si sospettano moventi politici (1978) narra un singular triángulo amoroso en la Sicilia de 1920. Son los días previos al advenimiento del fascismo y a la brava Concetta 'Titina' Paternò le acaban de matar el marido a tiros. El asesino en cuestión no es otro sino el altanero Vito Acicatena (Turi Ferro), el cacique del pueblo, quien además abusa sexualmente de la viuda entre las ruinas del templo griego de Segesta.

Ni que decir tiene que, en lo sucesivo, el deseo de vendetta será una constante para la mujer y sus allegados. Uno de ellos, Rosario Maria Spallone (Marcello Mastroianni), es un abogado socialista de aire un tanto quijotesco que se propone regenerar la región acabando con la conspiración de silencio impuesta por Acicatena y el resto de terratenientes. El otro, en cambio, responde al nombre de Nick Sanmichele (Giancarlo Giannini) y es un intrépido gánster neoyorquino, primo del difunto Angelo, que ha vuelto a la tierra de sus ancestros para tomarse la justicia por su mano.



A pesar de ser una mujer fuerte e independiente, Titina se verá obligada a depender de los hombres para su protección y supervivencia, lo cual denota una red de poder y violencia en la que la justicia se compra y se vende, y donde la ley se utiliza a menudo para proteger a los poderosos. Aun así, el acierto principal del guion y puesta en escena de la directora Lina Wertmüller (1928-2001) consiste precisamente en haberle dado un ligero toque esperpéntico a unos personajes que, en principio, estaban llamados a representar una tragedia. 

Sin embargo, todos los implicados en la trama evidencian unos rasgos caricaturescos por encima de la innegable crítica social que encierran los acontecimientos descritos. Así pues, la viuda Paternò, con sus profundas ojeras negras y sus modales montaraces, tiene algo de fiera por domesticar, mientras que los dos individuos que se disputan su amor (uno más idealista, el otro más de acción) representan la cara y la cruz de esos "hechos de sangre" a los que alude el interminable título original.



2 comentarios:

  1. Un largo título que era una especie de sello de identidad de la realizadora italiana.

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    1. Correcto. También fue la primera mujer en ser nominada al Óscar a la Mejor Dirección.

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