domingo, 28 de abril de 2024

Soñar, soñar (1976)




Director: Leonardo Favio
Argentina, 1976, 85 minutos

Soñar, soñar (1976) de Leonardo Favio


Además de filmes históricos o de contenido social, Leonardo Favio también abordó otras temáticas más de andar por casa como la comedia intrascendente. Tal sería el caso de la inefable Soñar, soñar (1976), filme modesto, en opinión del propio cineasta, quien, viéndose venir encima todo el marasmo del inminente golpe militar, prefirió sacar adelante un proyecto menor que no supusiera grandes riesgos presupuestarios.

Con todo y con eso, fue ésta una de sus películas más queridas por lo que tiene de apuesta personal en torno a asuntos y vivencias (la amistad, la lucha por la vida, etc.) que se remontan a su más temprana adolescencia, cuando era apenas un muchacho ingenuo que habitaba en la remota Luján de Cuyo (provincia de Mendoza) y fantaseaba todo el tiempo con la idea de convertirse algún día en artista de renombre.



Lo cierto es que los dos tipos que protagonizan esta atípica road movie encarnan polos opuestos en cuanto a carácter se refiere. Mario, apodado 'el Rulo' (Gian Franco Pagliaro), representa, con su barba, sus melenas y su vida nómada, la vertiente desencantada y algo macarra de quien un día tuvo la ilusión de dedicarse a la farándula para, finalmente, terminar actuando en garitos de mala muerte e incluso, cuando la necesidad aprieta, sobrevivir como carterista ocasional. El otro, en cambio, se llama Carlitos (Carlos Monzón) y a tanto llega su candor que, aparte de hablar en sueños con su difunta madre (Nora Cullen), cuyo retrato lleva siempre a cuestas, cree sinceramente que su parecido físico con Charles Bronson le abrirá sin duda las puertas de la fama.

Y esto sería, a grandes rasgos, lo más destacable. Sólo falta añadir algo tan inverosímil como un enano de nombre Carmen (Oscar Carmelo Milazzo) para que la historia contenga todos los elementos necesarios en una cinta un tanto estrambótica, cierto, pero en el fondo triste, que hace honor a su título, además, dada la condición de ilusos y perdedores entrañables de sus personajes principales.



6 comentarios:

  1. Parece también un poco reflejo de la situación.

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    1. Obviamente, la película tiene algo de canto de cisne, habida cuenta que su realizador se exiliaría de inmediato y no volvería a dirigir otra película hasta casi veinte años después.

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    2. Tal cual.
      La película que repasé antes de Nazareno, fue justamente la del Mono Gatica que te prepara el terreno para su última película documental sobre el peronismo (que no sé si la verás y harás reseña porque es otro rollo más enroscado).

      Sigo aprendiendo de tu mirada.
      Un abrazo, querido amigo

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    3. Bueno, aunque digamos que el documental "Sinfonía del sentimiento" se va un poco de mis intereses cinéfilos, lo cierto es que siento una enorme curiosidad por conocer de cerca el punto de vista de Favio sobre la figura de Perón. De modo que sí, Frodo: podrás contar con esa reseña, por supuesto.

      La admiración es mutua, amigo.
      Un abrazo.

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  2. Una película que se le toma cariño más que elogios a su puesta o valor. Per osigue siendo un Favio auténtico. Hoy fui a ver El Dependiente, la pasaron gratis en una única función. Como verás por acá sigue vivo Leonardo, saludos.

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    1. Su cine, de hecho, es imposible que muera: las obras maestras son imperecederas.

      Saludos.

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