Título original: Il sorpasso
Director: Dino Risi
Italia, 1962, 108 minutos
La escapada (1962) de Dino Risi |
Road movie a la italiana, además de película de culto, Il sorpasso (1962) llama de inmediato la atención por ese ritmo frenético que transmiten las imágenes, con un radiante Vittorio Gassman conduciendo su descapotable a toda velocidad por las calles solitarias de Roma en pleno Ferragosto. Una alegría de vivir, encarnada en el optimismo desmedido de Bruno Cortona, hombre maduro y sanguíneo, que contrasta con el carácter apocado e ingenuo del joven Roberto (Jean-Louis Trintignant). Y así, de la manera más espontánea y como quien no quiere la cosa, el azar (y la insistencia del primero) los unirá en un periplo tan intenso como imprevisible a lo largo y ancho de un país inmerso en plena vorágine estival.
No obstante, algo amargo parece intuirse en esa desesperada huida hacia adelante de unos personajes que, paradójicamente, se burlan mientras conducen de El eclipse (1962) de Antonioni y su denuncia de la alienación humana. Pero ambos tienen un pasado y si, en principio, la seguridad en sí mismo de Bruno no haría sospechar que una vez ejerció de "respetable" padre de familia (más tarde, la mujer y la hija harán acto de presencia), la visita de los dos a la finca campestre donde Roberto solía pasar los veranos en compañía de sus tíos pone de manifiesto hasta qué punto la cruda realidad contrasta con la idealización de los recuerdos infantiles.
En ese mismo orden de cosas, el guion de Dino Risi, Ruggero Maccari y Ettore Scola plantea una cierta crítica social al dibujar una sociedad donde el consumismo incipiente convierte a los individuos en veraneantes ávidos de emociones fuertes. Podría, incluso, hasta considerarse la posibilidad de ver en ese desenlace abrupto (que Risi impuso al productor Mario Cecchi Gori tras ganarle una apuesta) un final aleccionador y moralizante, algo así como la advertencia, no exenta de ironía, de a qué se exponen quienes optan por vivir al límite.
Un punto de mala leche, al cebarse sobre el personaje más inocente, que a buen seguro debió de descolocar, cuando no incomodar, a los espectadores de principios de los sesenta, confiados durante casi dos horas de haber estado viendo una simple comedia de lo más ameno al servicio de un elenco de actores (sobre todo Gassman) en estado de gracia.
La verdad es que el elenco es de los más granado.
ResponderEliminarGassman está pletórico.
EliminarBlues Hendrix
ResponderEliminar¡Hola Cinefilia!
¡Pasaba a desearte un feliz domingo!
¡Un abrazo! Blues Hendrix 😊
Gracias, hombre: ¡igualmente!
EliminarMe gusta mucho esta película, la alegría de vivir que transmiten sus imágenes, en permanente contraste con el nihilismo que atraviesa la historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una interesante película que a menudo ha pasado desapercibida. Alexander Payne confiesa que le sirvió de inspiración para "Entre copas" (2004).
EliminarUn abrazo.
Un guión casi genial, perfectamente medido y estructurado, una cámara tan ágil y perceptiva como el personaje incorporado (magníficamente) por Gassman, a quien retrata en toda su contradictoria riqueza y una incisiva acumulación de detalles y matices descriptivos, contribuyen a hacer de esta comedia ácida un ejercicio cinematográfico altamente valorable que rápidamente se convertiría en un film emblemático, cuyo esquema con todas las variantes posibles fue repetidamente utilizado en innumerables películas italianas a lo largo de la década de los sesenta, con intencionalidad y resultados más que discutibles.
ResponderEliminarUn saludo.
El título original (algo así como "El adelantamiento") incidía en el carácter temerario del personaje de Gassman, un tipo tan vitalista que, paradójicamente, acaba resultando destructivo.
EliminarSaludos.