Director: Jacinto Molina
España, 1978, 94 minutos
El huerto del Francés (1978) de Jacinto Molina |
La ambición de reivindicarse como cineasta capaz de llevar a cabo proyectos de mayor sustancia que las teóricamente insulsas películas de terror que le habían dado la fama llevó a Jacinto Molina (1934-2009), más conocido como Paul Naschy, a despojarse de su alias habitual para dirigir y protagonizar El huerto del Francés (1978).
Sin embargo, su apariencia de drama histórico ambientado a principios del siglo XX en la localidad sevillana de Peñaflor esconde, en realidad, una cinta repleta de elementos que resultaban enormemente morbosos para el público ávido de emociones fuertes de la Transición. Así pues, el repertorio de temas abarcados por el guion (obra del propio Molina y Antonio Fos) oscila entre las juergas subidas de tono, con prostitutas y timbas clandestinas que los señoritos del lugar organizan en el "selecto" garito regentado por el protagonista, hasta prácticas que, como el aborto (por aquel entonces totalmente prohibido en España), constituían una absoluta transgresión.
En esa misma línea, el carácter apacible de Juan Andrés Aldije (Paul Naschy), casado con una rica heredera (Julia Saly), aunque protector/proxeneta de las atractivas Charo (Ágata Lys) y Andrea (María José Cantudo), a las que deja embarazadas y con las que forma un particular triángulo erótico, contrasta con el lado oscuro de un personaje cuya torva mirada deja entrever las aviesas intenciones que alberga en su interior.
Y es que ese huerto al que alude el título no sería tanto una parcela para plantar patatas, sino un macabro cementerio adonde van a dar con sus huesos los incautos viajeros que allí recalan. Escabroso suceso, basado en hechos reales, del que da cumplida cuenta el romance cantado por Rosa León con el que se abre y se cierra la trama, un largo, larguísimo flashback que precede a la ejecución pública de los criminales.
Hola Juan!
ResponderEliminarSiempre resulta interesante revisar títulos como el que nos traes, si bien esta no la he visto.
Por aquí de vuelta y tratando de ponerme un poco al día...jeje
Saludos!
¡Hombre, Fran! ¡Cuánto tiempo sin saber de ti! Celebro que estés de vuelta (la verdad es que ya se te echaba de menos). Espero que todo haya ido bien y poder contar de nuevo con tus comentarios.
EliminarSaludos
La película tiene algo de las que protagonizaba el bueno de Naschy, aunque esta tenga mayor empaque.
ResponderEliminarDe hecho, explica una historia real: la misma que dio pie a la expresión "llevar al huerto".
EliminarConfieso que no había visto esta cinta -quizás por un instintivo desinterés- hasta hace unos días en que nos la sirvió La 2 de TVE.
ResponderEliminarSi Jacinto Molina quiso "elevarse" a otro nivel para demostrar que era capaz de afrontar proyectos más ambiciosos, lo cierto es que EL HUERTO DEL FRANCÉS, partiendo de un guión que en su esquematismo desprecia los matices descriptivos y elude otras indagaciones sobre los personajes, recurre a una puesta en escena de concepción utilitaria que además no duda en caer por conveniencia mercantil en recursos y concesiones de tosco efectismo.
Un saludo.
Hombre, dicho así, pues claro: no estamos hablando de Bergman, precisamente. Sin embargo, tanto el director como su película debieran merecernos toda la simpatía del mundo, aunque sólo fuese por una cuestión meramente arqueológica: éste es el cine que se hacía entonces por estos pagos y, nos guste o no, revisarlo aporta mucha información a propósito de aquella sociedad.
EliminarSaludos.
No me pidas simpatía por ese tipo de cine. Eso sí, como pieza "arqueológica" tiene más interés sociológico que cinematográfico. No obstante, debo reconocer que por aquellos años se rodaban películas, digamos, aún peores.
EliminarNo digo que no.
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