sábado, 22 de enero de 2022

Graciela (1956)




Director: Leopoldo Torre Nilsson
Argentina, 1956, 88 minutos

Graciela (1956) de Leopoldo Torre Nilsson


¡Cuántos días sin importancia! Los días sin importancia que habían transcurrido desde mi llegada me pesaban encima, cuando arrastraba los pies al volver de la Universidad. Me pesaban como una cuadrada piedra gris en el cerebro.

Carmen Laforet
Nada

Aparte de los de Luis García-Berlanga, Fernando Fernán-Gómez o Satyajit Ray, el año que recién dejamos atrás ha sido también el del centenario de la novelista Carmen Laforet (1921–2004), ganadora, siendo apenas una veinteañera, de la primera edición del Premio Nadal con su hoy ya clásica ópera prima Nada. Edgar Neville dirigió una temprana adaptación cinematográfica de la misma en 1947, si bien la censura franquista se cebó con ella hasta reducir en más de media hora el metraje original.

Lo que no todo el mundo tiene en cuenta es que, una década más tarde, el argentino Leopoldo Torre Nilsson llevó a cabo una nueva versión fílmica bajo el sugerente título de Graciela (1956), protagonizada, entre otros, por Elsa Daniel en el papel principal, Lautaro Murúa (Román) o Susana Campos (Ena).



La acción, en este caso, se trasladaba de Barcelona a Buenos Aires, con lo que el trasfondo de la posguerra (que, en definitiva, constituye uno de los alicientes del texto) desaparecía por completo. Tampoco queda ni rastro de algunos secundarios, como el pintor Guíxols y la corte de estudiantes bohemios que frecuentan su estudio de la calle Montcada. En su lugar, Torre Nilsson y el guionista Arturo Cerretani optaron por incluir una supuesta representación teatral que Graciela y sus compañeros montan en la universidad.

Por lo demás, la casa de los parientes de la protagonista sigue siendo un espacio lóbrego, venido a menos, donde las continuas rencillas entre sus moradores denotan un cainismo de fatales consecuencias que el director acentúa mediante ángulos aberrantes de inspiración expresionista a base de primeros planos en picado y contrapicado.



4 comentarios:

  1. Quizá con el cambio de escenario, se pierden un poco las referencias.

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    1. Sin duda. Pero, aun así, la historia sigue teniendo suficiente fuerza como para aguantarse por sí sola.

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  2. Hola Juan!
    Ya he confeccionado dos listas de "pendientes de ver", ya tengo la de cine español, si es que nos pones muchos deberes...jeje
    Saludos

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    1. Deformación profesional de un profesor de literatura, supongo.

      Saludos.

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