domingo, 16 de enero de 2022

El portero (2000)




Director: Gonzalo Suárez
España, 2000, 88 minutos

El portero (2000) de Gonzalo Suárez


Cuando mi hermana Sylvia y yo, cada mañana, atravesábamos de la mano el parque del Retiro camino del colegio, soñábamos andando para hacer más corto el recorrido y más soportable el frío. Ella se veía bailando un pizzicato con su blanco tutú, como en las clases de ballet a las que la llevaba nuestra madre los sábados del Liceo Francés. Yo daba patadas a las castañas caídas y, tomando los troncos de árbol por hipotéticas porterías, metía imaginarios goles. De pronto, años después, en los campos de entrenamiento del Inter de Milán, ininterrumpidamente sobrevolados por los aviones del aeropuerto de Linate, bajo una fina y constante lluvia, marqué al guardameta Sarti, desde fuera del área, con la zurda y por la escuadra, el más fabuloso gol de mi vida, a pase raso y profundo del argentino Angelillo, y comprendí hasta qué punto los goles no los marca uno mismo sino la confluencia, repentina e irrepetible, de un cúmulo de circunstancias entre las que la conexión del pie con el balón es solo un tropiezo afortunado.

Gonzalo Suárez
El hombre que soñaba demasiado

De todos es conocida la enorme vinculación del cineasta Gonzalo Suárez con el fútbol. Y no sólo porque su madre fuese pareja sentimental de Helenio Herrera, sino porque, además, antes de dedicarse a la literatura "seria", el asturiano probó fortuna como periodista deportivo bajo el seudónimo de Martín Girard. También redactó informes técnicos para el Inter cuando al equipo italiano lo entrenaba el ya mencionado HH. Con estos antecedentes, nada tiene de insólito, por tanto, que el director de cintas tan audazmente transgresoras como El extraño caso del doctor Fausto (1969) o Aoom (1970) decidiese adaptar un cuento de Manuel Hidalgo a propósito de un atípico guardameta itinerante en la España de la posguerra.

Son muchos los alicientes que hacen de El portero (2000) una película notable. De entrada, la portentosa banda sonora de Carles Cases, así como los parajes naturales de Llanes y Ribadedeva donde se rodaron sus exteriores. Asimismo, la historia de Forteza (Carmelo Gómez), una vieja gloria del Real Madrid venida a menos, tiene su punto entrañable. Y es que la llegada del ex futbolista al microcosmos de una aldea asturiana, en el contexto de la resistencia armada contra el régimen, constituye un verdadero revulsivo para las gentes del lugar.



Por ejemplo para Manuela (Maribel Verdú), madre soltera de un niño mulato llamado Tito al que dio a luz tras haber sido violada por un grupo de rifeños durante la Guerra Civil. O la muchacha de la posada, que ensaya conjuros con la sopa para que el forastero se la lleve con él lejos de aquel antro de perdición.

A su vez, las fuerzas vivas del pueblo, encabezadas por el sargento Andrade (Antonio Resines), aprovecharán la presencia en el municipio del Rey del Penalti para organizar un torneo que enfrente a una pareja de la Benemérita contra dos "fornidos" lugareños. El desenlace, un poco en la línea de Espartaco (1960) o ¡Viva Zapata! (1952), muestra la solidaridad de los aldeanos, quienes defienden con sus cuerpos la portería de Forteza mientras los maquis intimidan a las autoridades allí presentes golpeando las culatas de sus fusiles.



6 comentarios:

  1. Suárez estaba contento con haber hecho la película, yo creo que técnicamente está bastante bien, se nota mucho oficio en todos los participantes, actores incluídos y se ve con agrado.

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    1. El buen oficio y la calidad técnica que señalas, yo creo que se deben, en buena medida, al sentido común del productor Andrés Vicente Gómez, contrapunto ideal al barroquismo de Gonzalo Suárez.

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  2. La película reúne a tres intérpretes imprescindibles en los noventa (Gómez, Resines, Verdú), bastante eclipsados en la actualidad (del todo en el caso de Carmelo Gómez).

    Un abrazo.

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    1. Bueno: el pobre Resines tampoco es que esté atravesando su mejor momento que digamos... Supongo que ello obedece al carácter crematístico de una industria que requiere continuamente caras nuevas.

      Un abrazo.

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  3. Hola Juan!
    Desconocía lo que cuentas sobre Gonzalo Suarez, la película me gusta.
    Al hilo de lo poco que se prodigan ciertos artistas, no se si el problema es que no hay papeles para gente de cierta edad o que demonios pasa. Me estaba acordando de ese termino ingles tan triste para referirse a las estrellas que ya no brillan, ya sabes, lo del "has been"...
    Saludos!

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    1. Yo no creo que se prodiguen poco, Fran (al menos según IMDb, donde leo que Carmelo Gómez sigue actuando en series de televisión). Lo que ocurre es que quizá ya no se habla tanto de estos actores como en el momento de su eclosión.

      Saludos.

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