Director: Jean-Marc Vallée
Canadá/Francia, 2011, 120 minutos
Café de Flore (2011) de Jean-Marc Vallée |
Una historia cogida con pinzas en la que se mezclan distintos planos temporales, amoríos, reencarnaciones, rencillas familiares y hasta música de Pink Floyd. Aunque esto último también sucedía en C.R.A.Z.Y. (2005). Entre sus puntos fuertes, en cambio, destaca el hecho de que Café de Flore (2011) es, sin duda, una película muy de autor, probablemente repleta de referencias autobiográficas de su director y guionista: el malogrado Jean-Marc Vallée (1963–2021).
¿Qué relación puede haber entre la madre de un niño con síndrome de Down (Vanessa Paradis) que vive en el París de 1969 y la familia de un DJ québécois del siglo XXI? Insólitas y un tanto forzadas conexiones que la ex mujer del protagonista logrará intuir con la ayuda de una médium. Mientras, Antoine (Kevin Parent) intenta rehacer su vida junto a la bella Rose (Hélène Florent), algo que la hija adolescente del primero no acaba de digerir.
En todo caso, el difícil juego de equilibrios a través del tiempo y el espacio que aquí proponía el cineasta francocanadiense presenta no pocos elementos en común con un filme posterior de Todd Haynes titulado Wonderstruck (2017) y que ya tuvimos ocasión de comentar en su día. De lo cual parece desprenderse una cierta propensión a lo fantástico por parte de determinados directores de los últimos años a medio camino entre la industria y el cine independiente.
Por último, nótese cómo Vallée, fallecido hace apenas diez días, demostraba una vez más ser un consumado melómano. Así lo atestigua la selecta banda sonora de la cinta, donde, además de escucharse algunos temas de The Dark Side of the Moon, obra cumbre de los ya mencionados Pink Floyd, se incluyen varias canciones de The Cure.
Por lo que se intuye, lo mejor, el acompañamiento musical.
ResponderEliminarNo sé si lo mejor, pero sí que es cierto que Jean-Marc Vallée cuidaba muchísimo este aspecto de sus películas.
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