Director: Miguel Hermoso
España/EE.UU., 1985, 98 minutos
Marbella, un golpe de cinco estrellas (1985) |
El éxito cosechado por Truhanes (1983) debió de animar a su director, el granadino Miguel Hermoso, a probar fortuna con una historia de similares características, pero valiéndose de un formato mucho más internacional. Motivo por el que la acción de Marbella, un golpe de cinco estrellas (1985) se situó en la entonces floreciente ciudad de la Costa del Sol, escenario idóneo para una trama repleta de los habituales clichés en torno a la corrupción y el vicio.
Encabezaba el reparto una vieja gloria de la talla de Rod Taylor, otrora estrella rutilante a las órdenes de Hitchcock en Los pájaros (1964) y que aquí interpreta a un ex comandante de la guerra de Corea obsesionado con vengarse del altanero capitoste que le ha destrozado su barco. A tal efecto se irá rodeando de una variopinta red de colaboradores que van desde una amante repudiada por su adversario (la sueca, y antigua chica Bond, Britt Ekland) hasta un transformista de pacotilla (Óscar Ladoire) que deberá suplantar la personalidad del engreído traficante.
Con todo y con eso, sus cómplices más solícitos van a ser los habilidosos Germán (Fernando Fernán-Gómez) y Juan (Paco Rabal). El primero es todo un as falsificando firmas, mientras que el otro no tiene rival robando carteras con sigilo. Juntos planearán ese espléndido golpe al que alude el título, no sin antes solicitar la ayuda inestimable del comisario Vargas (Sancho Gracia). Sin embargo, la inesperada irrupción en escena de la impetuosa hija de Germán (Emma Suárez) provoca que el protagonista pierda locamente la cabeza por ella.
Típico producto ochentero, con chicas en toples y machacona música disco sonando continuamente de fondo, lo cierto es que la mano de Mario Camus en el guion apenas contribuyó a elevar ni un ápice la calidad final de la película. Aunque ya se sabe cómo solían discurrir estas producciones en tierras marbellíes: probablemente los actores aceptaron trabajar en ella por el aliciente que supone disfrutar del sol y la bulliciosa vida nocturna de la ciudad. Del resto poco se salva, si no es la curiosidad de ver actuar a Rod Taylor junto a nombres míticos del cine español.
Supongo que ese es el especial aliciente, si es que tiene alguno, ver a antiguas estrellas de Hollywood, junto a actores nacionales.
ResponderEliminarEso mismo opino yo.
EliminarLa recuerdo bastante floja. Jesús Gil sí que dio el gran golpe en Marbella años después.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Desde luego, el título de la película resultó bastante premonitorio, eso sí que es cierto.
EliminarSaludos.
Hola Juan!
ResponderEliminarPues juraría que no la he visto. Curioso, me estaba acordando al leer tu entrada del asunto este de la Galicia profunda y Marbella...
Lo siento, no he podido evitar pensar en esta canción: https://www.youtube.com/watch?v=wwUYVWsXC3c
Saludos!
Desgraciadamente, Fran, me temo que hay muchas Marbellas a lo lo largo y ancho de nuestra geografía. Interesante la canción de los Chichos. Gracias por el enlace.
EliminarSaludos.