Directores: Enrique Brasó, Jaime Chávarri, Emma Cohen, Fernando Colomo, Jesús García de Dueñas, Augusto M. Torres, Josefina Molina, Juan Tébar, Alfonso Ungría
España, 1980, 99 minutos
Cuentos eróticos (1980) |
Curioso filme, de esos que ya nadie recuerda (o no quiere recordar...), pero que merece un comentario elogioso, aunque sólo sea por la nómina de grandes cineastas que participaron en él. Cierto que, como en toda obra colectiva, se aprecian altibajos en los diferentes episodios que componen estos Cuentos eróticos (1980). Y que, para más inri, ni el título ni la temática favorecen que hoy nadie se atreva a reivindicar lo que a simple vista pudiera parecer un frívolo producto más de la abominable época del destape.
Sin embargo, la sola presencia de Luis García Berlanga ejerciendo de inusual maestro de ceremonias justifica el interés de una cinta que, además de certificar, según su eslogan publicitario (véase, arriba, el cartel), que "los jóvenes directores del cine español también se ponen cachondos (aunque sea diez minutos)", suponía un a modo de relevo generacional entre la vieja guardia, representada por el ya mencionado Berlanga, y quienes en aquel momento estaban llamados a ser sus continuadores.
De las nueve historias, la mayor parte aborda aspectos vinculados con la convivencia o la vida en pareja, si bien desde ópticas tan dispares como la fantasía medievalizante ("El vil metal", de Jesús García de Dueñas) o la despiadada parodia cinéfila, caso de "Köñensonaten", cáustico homenaje de Fernando Colomo y Fernando Trueba al cine de Bergman. Asimismo, Josefina Molina ("La tilita") y Emma Cohen ("Tiempos rotos") aportan un toque femenino y feminista que denota una clara voluntad de ruptura con el patriarcado.
Por lo demás, no deja de tener su gracia el ir viendo cómo todos esos realizadores, metidos en la piel de los más diversos personajes (Chávarri, por ejemplo, hace de exhibicionista y Alfonso Ungría de borracho), suben y bajan de un vagón de metro ante la mirada indiscreta del sexagenario don Luis: original forma de engarzar unos con otros los distintos fragmentos de una película bastante más introspectiva de lo que a priori cabría pensar.
Berlanga, un declarado erotómano.
ResponderEliminarY que lo digas. Pues de eso mismo hace en esta película.
Eliminar¡Recuerdo esa película que vi en el cine ARS! Y esa escena concreta, hablada en alemán macarrónico, cuando caía la gotita de sangre sobre el papel el protagonista decía. "Menstruaka!"
ResponderEliminarComo suele pasar en las películas de sketchs ("Historias de Nueva York" por ejemplo) era bastante irregular.
Saludos!
Borgo.
Que Dios te conserve por muchos años esa buena memoria, Miquel. Y afortunado tú, que además pudiste verla en una de las salas míticas de Barcelona: el desaparecido ARS de la calle Atenas.
EliminarSaludos.