Director: Pedro Lazaga
España, 1970, 87 minutos
¿Por qué pecamos a los cuarenta? (1970) |
El título de esta particular comedia de Pedro Lazaga lleva implícita la idea de que la cuarentena marca un límite en la vida de todo hombre: el de la edad a partir de la cual se debería haber sentado definitivamente la cabeza, pero también el momento crítico en el que la juventud, que no queda tan lejos, da sus últimos (y patéticos) coletazos. En ese aspecto, los tres protagonistas de ¿Por qué pecamos a los cuarenta? (1970) responden al perfil de varón libidinoso al que, pese a ser respetable padre de familia, se le van los ojos detrás de toda moza de buen ver que se cruce en su camino.
Sin embargo, y por más que, en un principio, sus respectivos romances otoñales parezcan haber traído un soplo de aire fresco en medio de tanta monotonía, la triste realidad se acabará imponiendo: no hay bigote ni peluquín que pueda remediar los estragos del paso del tiempo.
De todos ellos, es el eminente doctor Quesada (Fernando Fernán-Gómez) el que goza de mayor reputación tras haber descubierto una hormona femenina que le ha valido el reconocimiento unánime de la comunidad científica a nivel internacional. De ahí los aires de superioridad que adopta frente a Enrique (José Luis López Vázquez) y Federico (Juanjo Menéndez), quienes pondrán en práctica los consejos del amigo sin ni siquiera imaginar que él tampoco está exento de padecer las mismas contrariedades.
El machismo que se desprende de este sainete "moderno", auspiciado por la productora de Pedro Masó, queda patente ya desde los títulos de crédito iniciales, en los que un grupo de actores invitados (Pepe Sacristán, Tip y Coll, Manolo Gómez Bur...) pierden el norte contemplando la belleza de las muchachas que pasean por las calles de Madrid. Comportamiento que denota las obsesiones propias de un tiempo felizmente pasado, pero que quizá ayude a entender el origen de las muchas agresiones misóginas que, a día de hoy, siguen siendo tristemente noticia.
Recuerdo la película y, bueno, poco más o menos, lo que dices, producto de una época que nos parece de hace mucho, pero de vez en cuando, vemos que algunas actitudes siguen aflorando por desgracia.
ResponderEliminarAsí es. Lo cierto es que el denominador común de muchas de estas películas radica en la facilidad con la que cosifican a la mujer hasta convertirla en objeto de deseo.
EliminarUna vez más me declaro ignorante de tanto cine.
ResponderEliminarSon curiosas las últimas películas que reseñaste, desde las temáticas, incluso los títulos causan rechazo, gracia o desconcierto.
Abrazo gigante, Juan.
Hola, Frodo:
EliminarTodo el mundo tiene un pasado. Y el cine español no es una excepción. Aun así, creo que merece la pena hacer el esfuerzo de revisar estas películas por muy incómodo que nos resulte su contenido.
Abrazos.
Hola Juan!
ResponderEliminarEs curioso como el cine resulta siendo en cierto modo un espejo de la sociedad. Lo de los títulos era todo un arte...jeje
Saludos!
El título actúa generalmente de gancho, es cierto. Hasta el extremo de darle una apariencia simpática a guiones cuyo trasfondo ideológico es bastante discutible.
EliminarSaludos.