viernes, 24 de septiembre de 2021

Las cuatro novias de Augusto Pérez (1977)




Director: José Jara
España, 1977, 79 minutos

Las cuatro novias de Augusto Pérez (1977)


–¿Conque no, eh? –me dijo–, ¿conque no? No quiere usted dejarme ser yo, salir de la niebla, vivir, vivir, vivir, verme, oírme, tocarme, sentirme, dolerme, serme: ¿conque no lo quiere?, ¿conque he de morir ente de ficción? Pues bien, mi señor creador don Miguel, ¡también usted se morirá, también usted, y se volverá a la nada de que salió...! ¡Dios dejará de soñarle! ¡Se morirá usted, sí, se morirá, aunque no lo quiera; se morirá usted y se morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, todos sin quedar uno! ¡Entes de ficción como yo; lo mismo que yo! Se morirán todos, todos, todos. Os lo digo yo, Augusto Pérez, ente ficticio como vosotros, nivolesco lo mismo que vosotros. Porque usted, mi creador, mi don Miguel, no es usted más que otro ente nivolesco, y entes nivolescos sus lectores, lo mismo que yo, que Augusto Pérez, que su víctima...

Miguel de Unamuno
Niebla (1914)

Curiosa adaptación de la célebre nivola unamuniana, desprovista, no obstante, de buena parte de la carga metaficcional con la que la dotó su autor. En lugar de eso, y ya en el tramo final de la película, el protagonista dialoga consigo mismo, desdoblándose en otro yo que no llega a alcanzar, sin embargo, la trascendencia de un Dios creador. Muy al contrario, el Augusto Pérez que compone Fernando Fernán-Gómez queda reducido a la categoría de simple erotómano, víctima de un acusado complejo de Edipo que lo convierte en un ser desvalido e incapaz de afrontar con éxito sus relaciones afectivas.



En ese sentido, las cuatro novias a las que alude el título perfilan las reducidas dimensiones del espacio vital en el que discurre la existencia del timorato Augusto. Por una parte, Eugenia (Charo López) y Rosarito (Norma Kerr) representan la fascinación que el amor carnal ejerce sobre un individuo sometido al influjo del ama de llaves y hasta de la presencia casi onírica de su difunta madre. Y es que estas dos últimas actúan como rémora para el pleno desarrollo emocional del susodicho. Sobre todo Liduvina (María Luisa Ponte), quien, además de suplantar la figura materna (la vemos, sucesivamente, lavarle la cabeza, afeitar y ayudar a vestirse al señorito), acoge con recelos sus aspiraciones de contraer matrimonio.

Uno de los rasgos que más llaman la atención de la puesta en escena ideada por José Jara es la indefinición del momento histórico en el que tienen lugar los hechos. Así pues, el atuendo de los personajes y la decoración parecen remitir al tiempo en el que se gestó el texto (escrito en 1907, aunque no se publicaría hasta 1914), mientras que la presencia de elementos contemporáneos (una grabadora, un proyector de diapositivas, los automóviles que circulan por las calles de Ávila, donde se rodaron los exteriores) nos devuelven a mediados de los setenta.

Tal vez sea esa misma vaguedad, sin duda fruto de un presupuesto exiguo al que el departamento de producción supo sacarle partido, la que contribuya de un modo más eficaz a generar la atmósfera levemente fantasmagórica en la que transcurre el clímax del filme: un banquete nupcial en el que Augusto, compuesto y sin novia, se entrega a la gula hasta perder una vida de cuya realidad nunca ha estado del todo seguro.



6 comentarios:

  1. Mi absoluta ignorancia acerca de este título y su director despiertan mi curiosidad. Fue el primero de los tres filmes que dirigió, según informa Imdb; los otros dos, "El transexual" y "El oasis de las chicas perdidas", no parecen en principio haber requerido del paraguas de la alta literatura.

    Un abrazo.

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    1. José Royo Jara (1940-2014) o John O'Hara, como también firmaba en ocasiones, fue un espíritu libre, escritor, profesor universitario y hasta escultor. Cuidado con la información que sobre él proporciona IMDb porque resulta a todas luces incompleta (no figuran, por ejemplo, sus cortometrajes). Para mayor información vale más que consultes (quién iba a decirlo) la Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Jara

      Para ver la película, basta con que cliques sobre el título que figura bajo el cartel de la misma.

      Un abrazo.

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  2. Atreverse a adaptar a Unamuno, ya tiene su mérito.

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    1. De hecho, "Niebla" ya había sido adaptada en otras dos ocasiones, ambas para la televisión. En 1965, Pedro Amalio López dirigió una serie de cinco episodios:

      https://www.rtve.es/play/videos/niebla/niebla-capitulo-1/3523654/

      Y en 1976, Fernando Méndez-Leite hizo lo propio dentro del espacio "Los libros":

      https://www.rtve.es/play/videos/los-libros-ficcion/libros-niebla/2760134/

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  3. Hola Juan!
    Pues aquí me tienes, apuntando todos estos deberes que nos pones...
    Si, he tenido que buscar lo de nivola, no tenia ni idea...
    Saludos!

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    1. Fue una ocurrencia de Unamuno: como lo que había escrito no era exactamente un novela, decidió llamarla "nivola".

      Saludos.

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