domingo, 29 de agosto de 2021

Carola de día, Carola de noche (1969)




Director: Jaime de Armiñán
España, 1969, 91 minutos

Carola de día, Carola de noche (1969)


Joven heredera de un hipotético estado centroeuropeo en el que ha triunfado la revolución, la princesa Carola Jungbunzlav (Marisol) aterriza en el aeropuerto de Barcelona acompañada de un estricto séquito que la somete a una rigurosa vigilancia. Pero la muchacha es joven y necesita divertirse, motivo por el que abandona de incógnito su residencia para mezclarse con la gente de la ciudad condal y terminar, tras haber conocido a un chico muy majo (Tony Isbert), trabajando como artista en una moderna sala de fiestas llamada Chez nous

Ya se sabe cómo funcionan estas cosas: una película que sirve para promocionar a una cantante y viceversa. Carola de día, Carola de noche (1969) tenía como objetivo, además, la nada fácil tarea de lanzar la imagen definitiva de Marisol como mujer. Visto así, se comprende que el argumento sea lo de menos en una cinta cuyo aliciente primordial reside en las canciones de su banda sonora y en la espectacularidad de los números musicales a que éstas dan lugar en la pantalla. Así, por ejemplo, destaca poderosamente la soberbia versión pop, según un arreglo de Alfonso Sainz de los Pekenikes, de la "Marcha triunfal" de la ópera Aida de Verdi.



Sin embargo, esta nueva Marisol no sólo aspiraba a convertirse en sex-symbol, sino que el aire de los tiempos (estamos a finales de los sesenta) obligaba también a dárselas de intelectual y rebelde. Dentro de unos límites, por supuesto. Pero el caso es que los títulos de crédito arrancan con imágenes de conflictos bélicos en color sepia mientras de fondo suena la voz de las Vainica Doble interpretando el "Romance del reino perdido": curioso modo de empezar, puesto que esos derrotados que vemos marchar rumbo al exilio parecen remitir a los republicanos españoles tras el fin de nuestra guerra civil. Todo un atrevimiento tratándose de un filme teóricamente destinado a relanzar la carrera de una antigua niña prodigio.

Pese a que el resultado final no fuese nada del otro jueves, cabe destacar, aun así, la gran cantidad de actores y celebridades que prestaron su amistosa colaboración en forma de fugaces cameos: Chicho Ibáñez Serrador, Amparo Baró, José Luis Coll, Mónica Randall, Jaime de Mora y Aragón, José María Rodero, Fernando Fernán-Gómez... Este último, transportista provisto de motocarro, interpreta al típico patán que, al grito de "¡Estás como un tren!", se dedica a piropear en plena calle a la protagonista con no demasiado éxito.



4 comentarios:

  1. Película mediocre, pero con la presencia arrolladora de Marisol, vestida muy chic por la firma parisina Sylvain, que está muy guapa en este film y actúa con el carisma que ella tenía.
    Y con algo de documento de época, con imágenes muy emotivas y bien retratadas (el Tranvía Azul del Tibidabo, el puerto, el Barrio Gótico, Las Ramblas, el metro con sus paredes alicatadas...)

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    1. Ya lo creo: ni la película tuvo demasiado éxito ni hay por dónde agarrar la historia de esta princesa exiliada. Eso sí: qué interesante resulta ver cómo eran hace cincuenta años todos esos rincones que mencionas de la ciudad condal.

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  2. Hola Juan!
    Figura importante y que marco una época, a mi madre le encantaba Marisol y en cierto modo me contagio su pasión. Bueno, ya solo por los cameos vale la pena
    Saludos!

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    1. Hola, Fran:

      Personaje mítico, sin duda, aunque ésta fue una película de transición en la que la artista empezó a dejar de ser Marisol para, gradualmente, convertirse en Pepa Flores.

      Saludos.

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