Director: Pedro Almodóvar
España/Francia, 1991, 112 minutos
Tacones lejanos (1991) de Almodóvar |
La trompeta de Miles Davis y unos imaginativos créditos iniciales nos dan la bienvenida en Tacones lejanos (1991), coproducción hispanofrancesa cuyo título, en la consabida línea cinéfila de Almodóvar, remite al wéstern de Raoul Walsh Tambores lejanos (Distant Drums, 1951). Mitómano como pocos, el director manchego toma de aquí y de allá múltiples influencias para confeccionar uno de sus melodramas extremos, mitad cómico mitad trágico, con la mira puesta en indagar sobre la relación madre-hija y otros temas por el estilo.
Tras residir varios años en Méjico, la afamada cantante Becky del Páramo (Marisa Paredes) regresa a Madrid, donde retoma la relación con Rebeca (Victoria Abril), la niña de la que, en su día, se separó para proseguir una exitosa carrera en América y que ahora, al cabo de tanto tiempo, es ya toda una mujer, casada, para más inri, con un antiguo novio de la madre...
Amante de las historias truculentas, Almodóvar transita por un terreno que le resulta especialmente grato: la trama policíaca. Aderezada, como en él suele ser habitual, con elementos kitsch marca de la casa que van desde el ingreso de la protagonista en una cárcel de mujeres (donde tendrá lugar la célebre coreografía de Bibiana Fernández en el patio de la prisión) hasta la presencia de una enardecedora transformista que responde al enigmático nombre de Femme Letal (Miguel Bosé).
Aunque hay también momentos de marcado acento bufo (por ejemplo, el noticiario, un tanto accidentado, de la cadena Tele-Siete) como no podía ser menos tratándose de una película escrita por uno de los cineastas más heterodoxos de todos los tiempos. Actitud rompedora que contrasta, sin embargo, con el enorme éxito de crítica y de público alcanzado, por éste y otros filmes, a lo largo de su ya extensa carrera. Popularidad que, en lo que a Tacones lejanos se refiere, se asocia, generalmente, con la voz de Luz Casal cantando los temas "Piensa en mí" y "Un año de amor".
Confieso que tengo una debilidad por Almodóvar; hubo un tiempo que no me perdía una… sólo que debía esperar a que saliera en vhs porque por edad no me dejaban entrar al cine 😕… pero ésta la ví muchas veces y también fue cuando “descubrí” a Luz Casal 😍
ResponderEliminarBesos, Juan.
Pues entonces estás de enhorabuena, Silvia, ya que durante los próximos días iré comentando todas sus películas.
EliminarBesos.
Eso que algunos llaman excesos (en el mejor sentido de la expresión), encuentran aquí su acomodo y su más medida composición, pues en el cine de Almodóvar todo está pensado y repensado para obtener el resultado que él apetece. Una buena película.
ResponderEliminarPor descontado: que sea iconoclasta no significa que haga las cosas de cualquier manera. En cada una de sus películas se palpa la meticulosidad de la puesta en escena.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarEsta la tengo fresca. Creo que me gusto mucho mas que cuando la vi en el cine. La canción de Luz es mucha canción...
Saludos y feliz semana!
Coincido contigo, Fran: el paso del tiempo no le ha restado ni un ápice de su fuerza.
EliminarSaludos.
Hace mucho que la vi. Creo que me gustó, aunque sigo pensando que el cine de Almodóvar perdió frescura después de sus obras cumbre, que para mí son "La ley del deseo" y "Mujeres al borde de un ataque de nervios".
ResponderEliminarCon permiso de "Hable con ella", que me parece un título redondo.
Un abrazo.
Puede que perdiese frescura, eso es cierto, pero, al mismo tiempo, ha ido ganando maestría.
EliminarUn abrazo.