lunes, 19 de julio de 2021

Lo que nunca muere (1955)




Director: Julio Salvador
España, 1955, 115 minutos

Lo que nunca muere (1955) de Julio Salvador


1955 fue, sin duda alguna, un año provechoso en la carrera del actor Conrado San Martín (1921–2019), ya que el intérprete, alentado por el gancho que ejercía sobre el público como apuesto galán, se lanzó a la aventura de producir (y protagonizar) sendos largometrajes, ambos dirigidos por el barcelonés Julio Salvador: Sin la sonrisa de Dios, drama social del que ya tuvimos ocasión de hablar en su día, y éste que ahora nos ocupa, Lo que nunca muere.

Planteada como un largo flashback que arranca en los días previos al estallido de nuestra contienda civil hasta llegar, al cabo de los años, a la dialéctica de bloques de la Guerra Fría, la cinta no deja de ser un panfleto anticomunista, aunque con ribetes de drama familiar, basado en un serial radiofónico de Luisa Alberca y Guillermo Sautier Casaseca. José Antonio de la Loma acabó de darle forma al guion y los futuros cineastas Paco Pérez-Dolz y Antonio Isasi-Isasmendi ejercieron, respectivamente, como ayudante de dirección y montador de la película.



Un grupo de malévolos agentes soviéticos pretende atentar contra un pantano que el ejército nacional está construyendo en el protectorado español de Marruecos. Con el agravante de que uno de sus cabecillas, evacuado cuando niño de la zona republicana, es, en realidad, el hermano menor del comandante López Doria (Conrado San Martín). Lo cual da pie a un doloroso enfrentamiento fratricida que se verá, sin embargo, compensado con el idilio entre el militar y la bella Nita (Vira Silenti), ganada para la causa gracias al amor ("lo que nunca muere") que nace entre ellos.

He ahí el argumento principal de un filme que, desgraciadamente, se vería marcado por un hecho luctuoso acontecido durante el rodaje. Y es que la joven actriz Mercedes de la Aldea, quien a la sazón contaba con apenas veintitrés años de edad, falleció víctima de un fatídico accidente que tuvo lugar en el Aeroclub Barcelona-Sabadell. Se da la circunstancia de que su personaje, una enfermera llamada Marcela, también muere en la ficción (es la escena que se recrea en la parte inferior del cartel).

La Vanguardia, viernes 29 de octubre de 1954


8 comentarios:

  1. Tengo entendido que tiene mucho de folletín, algo que se corresponde con lo que cuentas.

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    1. Así es, aunque el telón de fondo sea político. De todos modos, el hecho de que una espía soviética renuncie por amor a sus ideales ya es bastante significativo.

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  2. Recordo la mort d'aquella bonica actriu. El serial radiofònic feia furor, recordo que en una botiga de ràdios a prop del mercat de Sant Antoni el posaven i les dones s'aturaven davant de l'aparador, a escoltar. He de dir que cada dia soc més fan del San Martín, faci el que faci.

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    1. Moltes gràcies per aquestes dades que enriqueixen l'entrada, Júlia. De Conrado San Martín, enguany es conmemora el centenari del naixement (i segon aniversari de la seva mort).

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  3. Ese terrible accidente me recordó al ocurrido durante el rodaje de "Twilight Zone" con John Ladis, aquel helicóptero que decapitó con su hélice a Vic Morrow y mató tres niños vietnamitas.
    No me gustó la película de El amante bilingüe, tampoco esperaba mucho de una de las más flojas -para mi gusto- novelas de Marsé. Sólo me gustó las descripciones de ese Parnaso que Bofill intentó con su Walden 7 que se cae a pedazos.
    Saludos!
    Borgo.

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    1. Por desgracia la historia del cine abunda en ejemplos de rodajes accidentados.

      Coincido contigo en tu apreciación sobre "El amante bilingüe". El hecho de situar parte de la acción en el edificio Walden era una forma de ridiculizar a los antiguos miembros de la Gauche Divine, reconvertidos en protegidos de la élite pujolista.

      Saludos.

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  4. Que tal Juan!
    Pues se agradece el enlace, me la veré seguro. Ha sido leer lo de Sautier Casaseca y me ha recordado a las tardes de radionovela mirando a mi madre planchar.
    Saludos!

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    1. Hola, Fran: me alegro de que te interese. Llegué a esta película a través de otra que vi recientemente: Últimas tardes con Teresa (1984), en una de cuyas escenas aparecía un cartel de "Lo que nunca muere".

      Saludos.

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