Título original: La fièvre monte à El Pao
Título alternativo: Los ambiciosos
Director: Luis Buñuel
Francia/Méjico, 1959, 97 minutos
La fiebre sube a El Pao (1959) de Luis Buñuel |
El Pao, capital de la imaginaria isla de Ojeda, alberga una penitenciaría repleta de presos políticos cuyas duras condiciones de vida la convierten en un polvorín. De ahí el descontento popular contra unos dirigentes corruptos que, en lugar de atender las demandas de la población local, dedican sus esfuerzos a hacerse la guerra sucia entre ellos mismos. Una lucha por el poder que incluye a la despampanante esposa del gobernador (María Félix), mujer tan tentadoramente hermosa como promiscua.
Cuando acceda al puesto de máximo mandatario de la prisión, el idealista Ramón Vázquez (interpretado por un Gérard Philipe que fallecería prematuramente, a la edad de treinta y seis años, apenas unos meses después del estreno) intentará a toda costa velar por los derechos de los reclusos, entre los que se encuentra el profesor Cárdenas (Domingo Soler), mentor del joven cuando éste estudiaba Derecho en la universidad. Tarea nada fácil, por cierto, ya que el nuevo gobernador (Jean Servais), funcionario abyecto que ha medrado haciendo suyos los métodos dictatoriales del presidente Barreiro, aspira también a conquistar a la susodicha Inés, que ahora es la nueva amante de Vázquez...
En la única alusión que dedica en sus memorias a La fièvre monte à El Pao (1959) Buñuel se limita a decir que plagió el argumento de la ópera Tosca. Comentario cuando menos insólito, teniendo en cuenta que dicho filme no era sino la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Henry Castillou (1921-1994). En todo caso, el silencio de don Luis a propósito de esta coproducción franco-mejicana resulta bastante revelador respecto a la poca estima que quizá sentía hacia lo que, presumiblemente, debió de ser un encargo realizado sin excesivo entusiasmo.
En todo caso, la cinta —agraciada con una impecable fotografía en blanco y negro a cargo de Gabriel Figueroa— contiene alguna de las esencias buñuelianas, desde el asfixiante ambiente insular (en sentido real y figurado) hasta una tendencia, rayana en lo obsesivo, a filmar primeros planos de las piernas de la Félix, codiciado objeto del deseo de unos hombres capaces de sacrificarlo todo con tal de satisfacer su propia ambición.
El fetichismo de Buñuel le llevaba a estas cosas, algo que también le ocurre en alguna ocasión a Berlanga.
ResponderEliminarVendría a ser como su marca de fábrica.
EliminarLa vi hace muchos años, con el título "Los ambiciosos", pero no recuerdo mucho de ella. Solo sé que es de esas películas que, por ser de quien es, tenía pensado volver a ver, aunque siempre me olvido de hacerlo. Gracias por recordármela.
ResponderEliminarSaludos
En realidad es una película repleta de tópicos, con unas actuaciones que dejan bastante que desear. Tú lo has dicho: la vemos por ser de quien es.
EliminarSaludos.
Hola Juan!
ResponderEliminarDesde luego María Felix era muy atractiva. Esta desde luego queda anotada y en "preferente", ya sabes, prisiones, celdas...😍
Saludos!
No es la mejor película de Buñuel, pero la presencia de La Doña en el reparto justifica de sobras que le eches un vistazo.
EliminarSaludos.