Directores: Vicente Aranda y Romà Gubern
España, 1965, 93 minutos
Brillante porvenir (1965) de Aranda y Gubern |
La ópera prima de Vicente Aranda, codirigida en colaboración con el hoy eminentísimo Romà Gubern, ha sido a menudo comparada con El gran Gatsby de Scott Fitzgerald (1925) cuyo argumento también giraba en torno a las fiestas organizadas por un poderoso hombre de negocios. Como en la novela, el telón de fondo de Brillante porvenir (1965) es una sociedad marcada por profundas diferencias de clase (en este caso, la Barcelona burguesa) y el difícil encaje en su seno de un advenedizo inicialmente acogido con grandes muestras de cordialidad, pero al que rechazarán a partir del momento en el que sus intereses entren en conflicto con los del omnipotente López (Josep Maria Angelat).
La presentación de Antonio (Germán Cobos) en la secuencia inicial deja bien a las claras el origen humilde de un individuo que, gracias a un golpe de suerte, va a cambiar su trabajo como oficinista y la modesta pensión en la que habita por la opulencia de la parte alta de la ciudad. Un ascenso fulgurante que, de la mano de Lorenzo (Arturo López), le permite entrar en contacto con un modo de vida que hasta entonces le era ajeno, pero cuyos códigos desconoce por completo. Algo que al final se acabará revelando de vital importancia puesto que pone al descubierto diferencias insalvables entre el falso arquitecto y el mundo farisaico, basado en una incipiente especulación inmobiliaria, al que ha ido a parar.
A este respecto, la bella Montse (Serena Vergano) representa la línea roja que el intruso no debería cruzar jamás si no quiere que lo expulsen de ese edén al que se le permite acceder tal vez sin merecerlo. De hecho, no hay ningún problema si Antonio quiere disfrutar de la compañía de bellas señoritas de vida alegre como Carmen (Josefina Güell), Irene (Gloria Osuna) o incluso Núria (Mónica Randall). Pero la codiciada Montse es otro cantar: hermana de Lorenzo, objeto de deseo de López, la atractiva joven que un día se fue a París huyendo del ambiente cateto que aquí la atenazaba no parece digna para un plebeyo como Antonio por más que ésta se deje querer.
Buenos conocedores del medio que describen (a fin de cuentas, procedían de él), Aranda y Gubern aprovechan para sentar las bases de lo que más tarde será la Escuela de Barcelona, si bien esta cinta carece aún de la experimentación formal que posteriormente definirá dicha corriente. En todo caso, además de una crítica feroz contra la hipocresía imperante en aquel ambiente, no faltan guiños autobiográficos por parte de unos autores que mencionan a Ricardo Bofill (compañero de viaje y marido de la actriz Serena Vergano) en alguno de los diálogos o que hacen que Montse y Antonio se den cita en la terraza del Bagatela, bar de la Diagonal que regentaba la madre de Gubern.
Dado el conocimiento del medio de Gubern y Aranda, aunque estuvieran empezando y su innegable saber hacer, me imagino que la película será de las que merecen la pena.
ResponderEliminarCiertamente que lo es: te invito a que lo compruebes tú mismo a través del enlace que incluyo en la entrada.
EliminarQue gran título para la película de un debutante, casi una forma de augurar algo esperanzador. Saludos!
ResponderEliminarMe temo que es un título más bien irónico, teniendo en cuenta que el porvenir del protagonista es de todo menos brillante.
EliminarMe interesa mucho esa película. También me ha parecido acertada tu entrada anterior de "Tiempo de silencio". Creo que no captaron la parte transgresora de la novela (me desconcertó cuando la leí en COU acostumbrado a Unamuno y autores parecidos de lectura obligatoria) y la rodaron con el estilo académico de las películas de la época, como las de Mario Camus como dices.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Supongo que ese desfase entre la película y su fuente literaria debe de ser consecuencia del carácter conservador de la industria cinematográfica, acostumbrada a anteponer los beneficios económicos a cualquier tipo de osadía vanguardista.
EliminarSaludos.
Hola Juan!
ResponderEliminarLa desconocía por completo, tomo buena nota. Gracias por el enlace.
Saludos!
De nada, Fran: espero que te guste. A mí me parece que es una excelente ópera prima.
EliminarSaludos.