Director: Fernando Colomo
España/Reino Unido/Francia, 1995, 110 minutos
El efecto mariposa (1995) de Fernando Colomo |
Una comedia española rodada en Londres. Con música de Ketama y una relación insólita entre tía y sobrino. Tampoco parecían tener mucho en común, a priori, la esposa de un político corrupto y un trekkie solterón coleccionista de cactus. Pero todo es posible cuando interviene el saber hacer de un consumado especialista en el género como Fernando Colomo, quien contó, además, con la ayuda de Joaquín Oristrell a la hora de escribir el guion de El efecto mariposa (1995).
Los personajes de esta divertida mascarada miran a cámara en algún momento de la misma para presentarse, sincerándose con el espectador a propósito de su circunstancia vital. Curiosa técnica, un poco a lo Woody Allen, mediante la que establecen un vínculo entre un hipotético presente y el verano en el que transcurre la acción. Y, en esa misma línea, también los autores de la banda sonora hacen acto de presencia al principio y al final de la trama, con cameo incluido de Lolita Flores, cantando el tema central de la película. No será, por cierto, la única aparición fugaz de alguna celebrity, ya que Penélope Cruz se deja ver brevemente en el transcurso de una fiesta.
El aleteo de una simple y delicada mariposa puede alterar el equilibrio del cosmos: eso, al menos, es lo que defiende una singular teoría según la cual habría un camino en el desorden de las cosas, de modo que el caos aparente que muchas veces parece regir nuestros destinos no sería tal, puesto que existen conexiones sutiles que todo lo enlazan y cuya insignificancia inicial se traduce, exponencialmente, en consecuencias de enorme alcance en el desenlace de cualquier cadena de acontecimientos. Como afirma el eslogan publicitario que aparece en el cartel del filme: "Se está haciendo una tempestad de una gota de agua...".
Cuando el comedido Luis (Coque Malla) llega a la capital británica de la mano de su estrambótica madre (Rosa Maria Sardà) poco puede imaginar que la apacible existencia de chico bien que ha llevado hasta entonces está a punto de dar un vuelco. Sobre todo a partir de instalarse en el apartamento de su tía Olivia (fantástica María Barranco), adrenalínica criatura, tan alocada como bella, y de la que el sobrino caerá perdidamente enamorado a pesar de la diferencia de edad y de las muchas cosas que los separan.
Divertida, en efecto.
ResponderEliminarPodría decirse que es una versión actualizada de screwball comedy: con esas gafas y el pelo engominado, Coque Malla tiene algo del Cary Grant de "La fiera de mi niña". María Barranco, por supuesto, resulta tan tremenda como Katharine Hepburn.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarMe gusta la película, no hace mucho volví a verla y me lo pase estupendamente. Barranco me encanta y Malla además de gustarme como musico es un tipo que me cae bien.
Saludos!
Estamos de acuerdo, Fran. La música de Ketama es otro aliciente: me encanta la escena inicial, cuando aparecen cantando entre el pasaje del avión que los lleva a Londres.
EliminarSaludos.