lunes, 15 de junio de 2020

Mogambo (1953)




Director: John Ford
EE.UU., 1953, 116 minutos

Mogambo (1953) de John Ford


Se ha comentado tantas veces la tan traída anécdota del doblaje de Mogambo (que, por imposiciones de la mojigata censura franquista, convertía, como quien no quiere la cosa, un simple adulterio en incesto entre hermanos) que, por lo menos en España, se llegó a obviar la verdadera naturaleza de una película que no era sino el remake de Tierra de pasión (Red Dust, 1932), filme dirigido por Victor Fleming y en el que el propio Clark Gable interpretaba el mismo personaje con veinte años menos.

Cinta safari, Mogambo pertenece, en realidad, a la misma categoría fílmica que La reina de África (1951) de Huston o Hatari! (1962) de Hawks. O, dicho con otras palabras: una bonita postal africana en rutilante Technicolor que, con sus exóticos exteriores rodados en Kenia y demás rincones exuberantemente salvajes de las entonces colonias, representaba la excusa ideal para su director de hacer turismo, convenientemente financiado por la Metro-Goldwyn-Mayer, en algún parque natural donde dar rienda suelta a sus impulsos cinegéticos matando leones, gacelas, paquidermos y lo que se pusiera por delante.



Lo cual la convierte, por otra parte, en uno de esos títulos que, como Gone with the Wind (1939), son blanco de la corrección política y de un neopuritanismo que hoy consideran su contenido del todo inadmisible. Y es que, vista con los ojos de un espectador de 2020, Mogambo podría ser perfectamente tildada de racista, machista, colonialista, amén de potencialmente irrespetuosa con la fauna y el medio ambiente. La pega es que se rodó en el 53 (y no la semana pasada), en un contexto histórico cuyos valores y sensibilidad eran muy distintos a los actuales. Es más: aquellas retinas de hace seis décadas se deleitaban con enorme placer viendo este tipo de ensoñaciones morbosas, mezcla de paisajes paradisíacos y enredos de alcoba, aventuras selváticas y extramaritales. Glamur reforzado por la presencia de unas estrellas que, en el caso de Ava Gardner y Grace Kelly, recibirían la recompensa de sendas nominaciones al Óscar.

Aunque, al margen de lo que se ve en pantalla, parece ser que fue el rodaje lo verdaderamente jugoso en cuanto a chascarrillos y rifirrafes se refiere: romance tórrido entre Gable y la futura princesa de Mónaco, Ford (para quien Mogambo era apenas un producto de encargo) reprendiendo ásperamente a la Gardner en público, Sinatra presentándose de improviso en el set... Casuística sin fin, tan deliciosa como intrascendente, que forma parte ya de la leyenda de una época irrepetible.


4 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Muy bien traída, sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias actuales. Raro se me hace que no este en la diana, aunque bueno, dale tiempo...
    Si bien no veo cine doblado, estas películas tenían un elenco de voces maravilloso y de vez en cuando me gusta recordarlas.
    Brillante como de costumbre la reseña, saludos!

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    1. Independientemente de la controversia que hoy pueda generar su temática, lo cierto es que se trata de un título que en España posee unas connotaciones muy particulares, como consecuencia de las obsesiones del régimen franquista en lo que a moral se refiere.

      Saludos.

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  2. El título es conocido y que buen reparto pero me parece ilógico el hacer una remake con el mismo actor del mismo personaje! pasó otras veces ésto? me suena hasta ridículo porque que puede ser atractivo para un actor (además del dinero claro ja).

    Que belleza la morocha (Ava es?)... saludos

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    1. Sin embargo, la práctica del remake es consustancial a una industria que generalmente apuesta por lo que ya funcionó en el pasado. Además, en casos como Mogambo lo de menos era el argumento, puesto que el objetivo era atraer público a las salas mediante el reclamo de estrellas glamurosas (caso de Ava Gardner, "el animal más bello del mundo") y fieras salvajes.

      Saludos.

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