Título original: Jazz musume tanjô
Director: Masahisa Sunohara
Japón, 1957, 77 minutos
Ha nacido una cantante de jazz (1957) de Masahisa Sunohara |
Es muy probable que Jazz musume tanjô (1957) no pase a la historia como el mejor de los musicales, aunque ya sólo por la elaborada factura de sus decorados vale la pena deleitarse con las canciones que interpreta Chiemi Eri. Es su personaje (Midori) una especie de Cenicienta que, desde una recóndita isla donde se dedica a la venta ambulante de aceite de camelia, se trasladará hasta Tokio con el doble objetivo de triunfar en los escenarios del Gran Teatro de Marunouchi y, de paso, encontrar al padre que la abandonó cuando ella y sus hermanos eran aún muy pequeños.
La estilizada puesta en escena que propone Masahisa Sunohara deja traslucir la influencia de los grandes maestros americanos del género, sobre todo de Stanley Donen. De hecho, hay hasta un número que remite directamente a Cantando bajo la lluvia (Singin' in the Rain, 1952) e incluso dos o tres temas son interpretados en inglés.
Mención aparte merece el tratamiento del color mediante el sistema de creación local denominado Konicolor y que estuvo en uso entre 1946 y 1959, momento a partir del cual sería definitivamente desbancado por el Eastmancolor americano. Sea como fuere, las tonalidades aparecen conjuntadas hasta tal punto que, ya hacia el final de la película, las farolas de lo que semeja la plaza de un pueblo son del mismo azul turquesa que el chubasquero de Midori…
En definitiva, salta enseguida a la vista que los estudios Nikkatsu, pioneros de la industria cinematográfica nipona, pretendían rivalizar con las producciones hollywoodenses que a la sazón invadían el país (ocupado militarmente por los norteamericanos desde el final de la Segunda Guerra Mundial). Sin olvidar la pasión que la música jazz despertaba (y aún sigue despertando) en Japón, motivo por el cual se eligió como protagonista a la célebre Chiesi Eri, consumada intérprete de dicho estilo —que incluso había llegado a actuar junto a Count Basie— y que, en esta ocasión, formaba pareja artística con todo un astro por aquellas latitudes: el actor Yûjirô Ishihara en el papel de Haruo.
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