domingo, 28 de abril de 2019

Don Quijote de Orson Welles (1992)




Director: Orson Welles
España/Italia/EE.UU., 1992, 116 minutos

Don Quijote de Orson Welles (1992)


Y dime, Sancho amigo: ¿qué es lo que dicen de mí por ese lugar? ¿En qué opinión me tiene el vulgo, en qué los hidalgos y en qué los caballeros? ¿Qué dicen de mi valentía, qué de mis hazañas y qué de mi cortesía? ¿Qué se platica del asunto que he tomado de resucitar y volver al mundo la ya olvidada orden caballeresca?

Miguel de Cervantes Saavedra
Quijote, II, Capítulo 2

El gran proyecto inacabado de Orson Welles (con permiso de The Other Side of the Wind y tras catorce años de trabajo intermitente) fue objeto de esta controvertida reconstrucción cuyo montaje correría a cargo del otrora ayudante de Welles, Jesús Franco. Quien poco o nada, a juzgar por lo que dicen determinadas autoridades en la materia (léase Juan Cobos), respetó el enfoque que, según parece, pretendía darle el cineasta, empeñado en que su Quijote fuese un mero ejercicio personal más que una adaptación al uso de la obra de Cervantes.

Polémica que, por otra parte, se vio agravada por el hecho de que Jess Franco no utilizara todo el metraje disponible. En cualquier caso, corría el año de los fastos y alguien debió de considerar necesario que 1992 fuese también la fecha en la que se puso el punto y final a tan ambiciosa empresa.

Akim Tamiroff (1899–1972)


Y es ahí, precisamente, adonde radica el que, a nuestro juicio, sería el principal defecto de una cinta que fue "víctima" de los malos hábitos del momento. Porque, ¿a santo de qué se incluyó la voz en off de Constantino Romero recitando pasajes cervantescos? Y la machacona música de Daniel White, rebosante de innecesarios toques aflamencados, ¿era realmente la idónea? Por último: ¿no habría sido mejor respetar el sonido original, siempre que ello fuese posible, en lugar de doblar las voces de los actores?

En fin: lo hecho, hecho está. Así es como se consideró entonces que tenían que hacerse las cosas y tampoco conduce a nada criticar la labor llevada a cabo por Jesús Franco (interesantísimo hombre de cine, por otra parte). Baste señalar la genialidad de Welles al hacer que el hidalgo castellano y su fiel escudero tuvieran que enfrentarse a las infernales condiciones de vida en un mundo dominado por máquinas que esclavizan al ser humano. Motivo más que suficiente para que don Quijote, apesadumbrado por los artilugios del progreso, le proponga a su sirviente que abandonen de inmediato la gran ciudad: "¡Vámonos, Sancho! ¡Quizás en la Luna aún haya sitio para la caballería andante!"

Francisco Reiguera (1899–1969)

2 comentarios:

  1. Hola Juan!
    No sabria decirte el motivo pero nunca me he atrevido con ella, aun teniendo el sello del maestro Welles no me acaba de atraer.
    Saludos!

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    1. Hombre: a pesar de su título, no se puede decir que sea exactamente una película de Orson Welles, sino un posible (y discutible) montaje a partir de los muchos materiales filmados por el cineasta. Y de ahí tus reservas (y las de tanta gente).

      Gracias por tu comentario y hasta pronto.

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