Director: Javier Elorrieta
España, 1979, 88 minutos
Mejor que nacer muerto,
ciego más vales;
mejor negros los senderos
que blancos los funerales...
La ópera prima de Javier Elorrieta (Madrid, 1950) tenía algo de La cabina (1972) de Mercero, en el sentido de que un elemento tan cotidiano como el metro puede convertirse en una absurda y laberíntica trampa para dos invidentes. Que aunque ni Enrique San Francisco ni José María Rodero eran ciegos, lo cierto es que ambos bordaban sus respectivos papeles: uno, casi un debutante como protagonista; el otro, interpretando el que sería su último trabajo para el cine.
Son, literariamente hablando, los herederos directos de Max Estrella y don Latino de Hispalis, la pareja protagonista del esperpento Luces de bohemia de Valle-Inclán, puesto que, al igual que ellos, recorren su particular odisea por un inhóspito Madrid nocturno y subterráneo que los ignora completamente.
También el tema "Tonight, Tonight", una pequeña joya a cargo de Crystal Bird que sirve de leitmotiv, contribuía a generar, a través de las numerosas variaciones que componen la banda sonora del filme, esa atmósfera entre alegórica y terrorífica gracias a un ligero toque del rock progresivo tan en boga por aquellas fechas.
Escrita por el barcelonés Joaquín Amichatis, La larga noche de los bastones blancos es, sin ningún género de dudas, una de las más fascinantes películas de culto que dio el cine español de finales de los setenta, junto con títulos ya míticos como Arrebato de Iván Zulueta o Mater amatísima (1980) de Josep Antoni Salgot.
No hay comentarios:
Publicar un comentario