Director: Pedro Almodóvar
España, 1988, 100 minutos
Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) |
Pese a ser el éxito que consagró definitivamente a Almodóvar como fenómeno de masas, en Mujeres al borde de un ataque de nervios están, sin embargo, presentes diversos aspectos sobre los que tal vez no se haya llamado la atención lo suficiente, como, por ejemplo, ese gusto tan suyo por los ángulos imposibles: así pues, nótese que cuando Pepa (Carmen Maura) revisa las llamadas que tiene en el contestador automático, la cámara se sitúa en el interior de la cinta de casete...
Aunque más importante aún sería su concepción eminentemente teatral, con una trama cuyo eje se desarrolla en el ático de Pepa, espacio recreado en los Estudios Barajas y al que el manchego quiso dar una apariencia artificial de forma premeditada: "De hecho la terraza resume un poco todo el mundo: hay un corralito con animales como en la Mancha, tiene hamacas como en Los Ángeles y palmeras como en Hawai. Esta terraza es muy importante. Todo tiene que ser muy bonito, pero nada real. Se tiene que ver que todo es falso, hecho por la mano del hombre […] Tiene que haber mucho artificio y ser muy espectacular. Esta película se podría hacer de un modo casi naturalista, pero quiero darle un tono distinto, evitando completamente el naturalismo visual. La voy a abstraer mucho de decorados y colores utilizando una estética completamente artificiosa" [palabras del director citadas por Nuria Vidal en su monografía El cine de Pedro Almodóvar, Ediciones Destino, 1989].
Julieta Serrano en el papel de la perturbada Lucía |
En ese sentido (y tras la frustrada tentativa de realizar un remake hollywoodense), el que se llevase a cabo una discreta adaptación en Broadway, posteriormente repuesta en Londres con algo más de éxito, vendría a ser la consecuencia lógica ya desde la propia génesis del proyecto por parte del cineasta, si bien, en lo sucesivo, dicha estilización estará presente en buena parte de la filmografía almodovariana, siendo Átame (1989) o Kika (1993) los casos más evidentes.
Por último, otro de los rasgos distintivos de la película es que, respecto a la producción anterior de Almodóvar, Mujeres... es un filme mucho más cándido, en el que no se hace referencia a las drogas y cuyos personajes ni siquiera fuman o beben. He ahí otra de las claves que explicarían su éxito internacional, sobre todo en la puritana sociedad estadounidense, marcando el punto de inflexión en el que el otrora iconoclasta y contracultural miembro de la Movida madrileña sería definitivamente asimilado por el sistema.
Barranco, de Palma, Serrano y Maura: las chicas Almodóvar |
Hola Juan, vengo del futuro.
ResponderEliminarAnoche vi esta película, y me ha gustado mucho como dices "los ángulos imposibles" donde pone la cámara. Y tiene varios a lo largo del film.
Abrazos
Hola, Frodo: estoy volviendo al pasado para releer lo que escribí hace un lustro. Respecto a esos ángulos imposibles, creo que Almodóvar se inspiró en el cine de Alfred Hitchcock, otro crack.
EliminarGracias por tus comentarios y hasta pronto.